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-Oye hermano, ¿Crees que algún día nos adoptaran- preguntaba desganado un castaño de ojos pardo rojizos a su hermano mayor.
-Claro hermanito, tu no preocupes por nada, hey, ¿Qué tal si juegas con Teodoro y con las chicas?- intentaba animar aquel chico de ojos azules y cabello de color mas oscuro que sus hermanos pequeños.
-N-no quiero...ellos estan jugando al papá y la mamá, pero yo no quiero ser la mamá soltera- hizo un leve puchero que a la vista del mayor era realmente adorable.
-Y tu...¿Por qué serias la mamá?- pregunto confundido mirando fjamente al menor.
-Esque antes les habia preguntado si podía jugar con ellos, y entonces me dijeron que ellos serian los hijos y yo la mamá porque me parezco mucho a una niña, y eso no es cierto, yo soy muy masculino...¿Verdad?- susurró bajando la mirada.
-Claro que no, tu no te pareces en nada a una niña, pero si para jugar tienes que ser la madre, ¡entonces yo sere el padre!- sonrio tomando del mentón al menor para despues plantarle un dulce beso en los labios -¿Me perdonas por ser tan cursi?- reia observando el rostro sonrojado de su hermano.
-S-si.....jump- frunció el ceño sacandole la lengua al de ojos azules quien lo miró sorprendido -¡Simón, tonto!-
-Jeje, perdón Alvin- se disculpaba burlonamente abrazando al pequeño.
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