Inesperado encuentro

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Las calles yacían empapadas, la lluvia no había dejado de caer desde el medio día, mis pasos resonaban sobre los charcos que se habían formado con el transcurso de la tarde.
Me acercaba al Cruze de siempre a unas cuantas cuadras de la plaza comercial que me quedaba de paso, había algo raro en el ambiente, las calles estaban menos concurridas de lo normal, no puedo decir que era a causa de la lluvia ya que aquí no existía diferencia entre un día soleado o uno lluvioso ambos eran sinónimos de normalidad.
—50, 51... solo tres pasos más— pensé, mi camino era tan rutinario que ya conocía la cantidad de pasos que me tomaba para llegar de la parada del autobús hasta aquel cruce que se me hacía tan interesante, el juego y la combinación de los semáforos por raro que suene, nunca era el mismo, era todo un reto cruzar por allí.
Al pasar la calle, un sentimiento de ansiedad me recorrió, creo fue a causa de la emoción de esperar ver en la cartelera la película que tanto he estado esperando, o no se, pero hasta sentí que mis piernas se aligeraron; de repente y de la nada empecé a observar que una cantidad considerable de personas avanzaban rápidamente en el sentido contrario al que yo venía, unos con cara de sorpresa y otros de incredulidad, las ganas de voltear y saber que era lo que todos veían tan intensamente me invadieron pero la frase "la curiosidad mató al Gato" , siempre me venía a la mente cuando esta sensación me invadía, no le di más importancia y continué mi camino. Estaba por llegar al segundo cruce cuando de repente un pequeño y singular felino de azabache pelaje se postró sobre mi camino, sus exóticos ojos me cautivaron, uno ámbar y otro jade, ¿cuál era la probabilidad de que algo así fuese posible? Tras admirarlo un segundo más lo rodee y seguí caminando, pasos más adelante al llegar al segundo cruce bajo la cartelera estaba el mismo gato de momentos atrás, sus ojos se anclaron sobre mi y un escalofrío me recorrió la espalda, me giré y seguí mi camino, acelerando el paso pues aún podía sentir su penetrante mirada sobre mi.
Cuatro cuadras después al llegar a mi hogar, sentado tranquilamente frente al portón de entrada, ahí estaba esperando por mi, el mismo pequeño felino de azabache color...

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