Me adueñe de mi corazón de nuevo y cuando salio Fran de la habitación me escondí en la primera esquina que vi. Con aquella respiración lenta, aquella agitación en el corazón y esa voz que se hacía de rogar. Me agarré el pelo con la mano y me mojé con el agua de aquella pequeña fuente.
Aquel rostro en ese espejo no era el mismo, no era el mío. Era distinto, sollozaba algunos recuerdos insonoros y yo me daba pequeños tragos de aquel agua tibia. "Alex dentro de poco lo sabrá." ¿Qué significaba eso? ¿Qué tenía que saber? ¿De que se conocían? miles de historia y todavía no sabia la verdad que escondían los hechos de mi madre.
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-Buenos días , Alex.- su cara pálida, estaba enfrente de la mía con una sonrisa inmensa. Me quede empedernida mirando aquella mueca de alegría.-¡Feliz decimosexto mas un día!
Guille sostenía una caja de un tono violeta. Estaba en mi cama. No recordaba haberme dormido aquí.
-Muchas gracias, Guillermo.- sostuve una media sonrisa y le di un puñetazo en el brazo mientras me levantaba de la cama.-¿Cómo has entrado?-Sonreí.
-La puerta estaba abierta y no había nadie.- era todo tan extraño.
-¿Qué tal tu "amiga"?- simule con los dedos subrayando aquella palabra.
-Era mi hermana.- me acaricio el pelo y me sonrió de nuevo.- Ya esta mejor, ya esta en casa.
Pero era algo mas que eso intentaba de nuevo decirme algo. Algo incoherente de nuevo. Pero no entiendo porque recogí todo lo que pude, todos los trastos que quedaban para guardarlo en la maleta. Y no necesitaba motivos para quedarme de nuevo.
-Tengo que ir al hospital.-me miro perplejo. Estaba algo confuso y no sabia como contarmelo de nuevo.
-Tu madre falleció ayer a la madrugada, por eso te desmayaste y ahora estas aquí de nuevo.
Me levanté y cogí mi mochila. La cual vacía la llene de todo lo necesario, no podía dejarle ahí pero necesitaba estar sola. Me lleve hasta las lágrimas, y quería volver a ver aquel azul en el horizonte y y tumbarme en esa arena cristalizada. Otra vez me susurraba que si iba a volver me eleve los hombros y suspire pensando que seria ahora de mí.
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Tras ese espejo sin salida
Teen FictionQue incomprensible cuando suena aquella canción lenta y me dicen que es hora de bailar bajo las estrellas sin alma en pena. Vestida de punta en blanco para hacer sombra a la luna, me preguntaba si soy tan inhumana como parece o si soy un monstruo.