La única excepción

Prologo

-Serás una linda jovencita y te casaras con un guapo joven irlandés –dijo mi abuela hace cinco años atrás mientras acariciaba mi larga melena pelirroja.

En aquel momento esas palabras no eran del todo desagrado para mí, pero después de cinco años ya me encontraba ¡totalmente fastidiada! Y no, no estoy exagerando. Donde quiera que vaya todos me tildan de la perfecta chica irlandesa, la pelirroja diez y miles de calificaciones más de las cuales honestamente estoy muy cansada de oír, por lo que idee un plan.

-Creo que estas exagerando –menciono mi mejor amiga mientras me observaba. –No hay nada de malo con tus genes y no creo que...

-No lo entiendes, de ti nadie espera a que mantengas el mismo color de cabello en tus futuros hijos.

-Sigues exagerando –bufo por lo bajo. –Pero bueno ¿Cuáles son las reglas que estas anotando?

Me acomode en mi pequeña cama para poder leer las reglas en voz alta, a decir verdad no me interesaba que mis compañeras de cuarto me creyeran una exagerada, ellas lo eran aun mas cuando un chico nuevo ingresaba al internado.

-Obviamente que no sea pelirrojo, que no sea supersticioso, que no sea ruidoso y mucho menos que disfrute de la cerveza en secreto –hable monótonamente. –Hasta el momento estas son las que se me ha ocurrido.

-Ya, vale –dijo Hilary mi nueva amiga buscando su pinta uñas azul. – ¿y buscaras solo chicos de cabello castaño, rubio o negro?

-si –respondí feliz.

-Tú de verdad estás loca –ataco Josie mi mejor amiga.

Reí por lo bajo.

Si de algo estaba agradecida era el que mis padres hayan decidido ingresarme al internado golden rose, encuentro que fue la mejor decisión que pudieron haber tomado desde que aquel odioso 2009 decidieron vender nuestra adorable casa en Irlanda y viajar hacia estados unidos por el trabajo de papá. No es que no me guste este país, la verdad he disfrutado mucho cada rincón de él, sin embargo no recuerdo mucho de mi niñez en Irlanda a diferencia de mis hermanos mayores y eso es algo que me duele inconscientemente, pero por otro lado yo he podido disfrutar la experiencia completa en América.

El internado golden rose para caballeros y señoritas es una de las escuelas más prestigiosas de por aquí, además que queda solo a dos horas de la ciudad en donde viven mis padres y hermanos menores, posee la beca de arte que he estado persiguiendo desde hace mucho. Fue solo cuestión de dos días llorando a mis padres para que me dejaran asistir aquí, ellos son del tipo "la familia unida jamás será vencida" pero fueron capaces de comprender la gran oportunidad que significa para mí por lo que me permitieron asistir con la condición de traer conmigo a mis hermanos mayores.

-Yo no le encuentro nada de malo a los pelirrojos irlandeses –dijo Josie lanzándose a un lado de mi.

-Ya, eso es porque te gusta su hermano –replico Hilary.

-Patrick es un chico muy guapo y tiene un abdomen ¡dios mío! –grito Josie.

-Vale, vale no quiero saber cómo tiene el abdomen mi bobo hermano –respondí riendo. –Pero bien, esas son mis reglas ¿ustedes creen que encuentre a alguien así?

-¿alguien como? ¿Común? ¿Ordinario? ¿Sin un brillante cabello pelirrojo? –enumero Hilary.

-Cariño, el internado está lleno de ellos –admitió Josie. –Lo encontraras fácil.

Observe aquella pagina de mi diario en donde con una desordenada caligrafía vislumbran las simples reglas para encontrar al perfecto chico no irlandés que me ayudara a diferenciarme de todo mi clan. Espero encontrarlo pronto para dejar de soportar los constantes halagos por mi cabello pelirrojo que tanto me fastidian y solo ser la novia de un típico chico americano.