c a p í t u l o ú n i c o

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—Jeonggukie, ¿para quién decías que es la miel?

"Para mi mejor amigo, Hyung. Se llama Yoongi, te dejo la dirección por mensaje. Estoy llegando tarde a una cita con tae. ¡Gracias por el favor!"

Jeongguk colgó la llamada. El mismo le había pedido a Jimin que compre miel en el frasco en forma de oso y se lo lleve a un amigo suyo llamado Yoongi. Al escuchar lo que le había pedido el menor, casi revienta el celular contra el piso y suelta algunos insultos. ¡Eran las 11:30 PM un domingo! Obviamente estaba dormido. Además, ¿quién carajos necesita miel tan urgentemente como para pedirla a esas horas? Más allá de todo, Jimin era un buen amigo y le haría el favor a Jeongguk.

Jimin estaba en pijama, por lo tanto antes de salir se cambió. Fue a un mini market que quedaba cerca de su casa y buscó miel. No había con el envase en forma de oso así que tomó uno normal. Porque eso no importaría, ¿no?

Luego de pagar la miel, salió del lugar y se subió a su auto. En el GPS de su celular puso la dirección del tal Yoongi. Se paró a pensar y se dió cuenta de que conocía ese nombre. Min Yoongi fue su compañero toda la secundaria. ¿Cómo lo había olvidado? Jimin estuvo enamorado de él los últimos tres años de esta. Solo que nunca se había confesado.

Para Park, Min siempre había sido el hombre más tierno del mundo. El pequeño Yoongi era maravilloso. Dulce y delicado. Tenía un sedoso pelo que amaba pintar de distintos colores, delgadas cejas y debajo de estas dos pequeños ojitos oscuros similares a los de un gato. También tenía una nariz pequeña y bonitos y cuidados labios, que siempre se veían suaves e hidratados. Más abajo tenía dos delgados brazos que casi siempre ocultaba detrás de su cuerpo y manos con dedos largos y masculinos. Yoongi tenía una cintura delgada, al igual que sus piernas. Pero si hay algo que Jimin amaba de su mayor era su piel. Tan pálida y bonita, que lo hacía parecer de porcelana. Siempre se veía tan suave que tenía ganas de acariciarla con la mayor delicadeza posible.

Sin darse cuenta, ya estaba en la puerta de su casa. Era simple, pared blanca con una puerta en el centro y dos ventanas a los lados de esta, algunas plantas y flores que le daban el toque a la entrada y una alfombra que decía "bienvenidos". Bajó del auto y tocó el timbre.

Un pequeño cuerpo se asomó por la puerta con curiosidad. Jimin observó a Yoongi y lo vio un poco cambiado, no lo veía hace más de un año. Ahora el cabello que solía ser rubio estaba celeste, tenía rasgos un poco mas maduros pero conservaban su esencia.

—Oh, hola. ¿Min Yoongi, no?—preguntó el menor de ambos y el otro asintió levemente con la cabeza.— Bueno, soy amigo de Jeon Jeongguk y él me pidió si por favor podía traerte miel ya que él no podía hacerlo. Por cierto, mi nombre es Park Jimin.

El rubio estiró su mano a el contrario y este la tomó, y Jimin juraría haber visto un leve sonrojo.

—Eh, ¿q-quieres pasar?— preguntó Yoongi. A el menor le había parecido tierna la forma en la que lo había invitado a pasar y sonrió.

—Claro, espero no ser una molestia.

Ambos chicos entraron a la casa del mayor y se sentaron en el sofá.

—Umh, ¿quieres un café o algo?—preguntó tímido el peliazul, a lo que el otro respondió que si.

Jimin esperó pacientemente a que Yoongi preparara el café. "Es realmente tierno" pensó.  De pronto, fugazmente se cruzó un "¿tendrá novia?" por su cabeza. Viejos sentimientos volvieron a su mente. Recordaba como el mayor se sentaba en los asientos de atrás y realizaba los ejercicios dados. A menudo recibía felicitaciones de parte de los profesores por su buen desarrollo en clase y a Jimin le encantaba ver el sonrojo del mayor cuando lo felicitaban en frente de toda la clase, o la sonrisita que ponía cuando decía la respuesta de un ejercicio correctamente y los docentes soltaban frases como "Correcto, Min. Como de costumbre. Felicitaciones". A Jimin, Yoongi le parecía igual de tierno que en ese momento. Tal vez nunca había superado completamente a su Yoonie.

—Uh, traje el azúcar porque no sabía cuánta cantidad ponerle a tu café.

—Muchas gracias, Hyung.

Yoongi miró a Jimin confundido. Por supuesto que recordaba a Park. A el mayor, el ahora rubio le había gustado prácticamente toda la secundaria. Jimin siempre había sido el típico deportista que tenía a todas las chicas detrás suyo. Él era totalmente hermoso. Tenía pequeños ojos, nariz del tamaño perfecto y gruesos labios. Era fuerte, popular y tenía buenas calificaciones. Pero la parte de Jimin que más le gustaba a Yoongi físicamente era su sonrisa. Era totalmente pura y sincera. Le regalaba sonrisas a cada niño que pasaba, a cada profesor que veía y cada compañero que pasaba a su lado. Tenía un alma y una personalidad hermosa, y con cada palabra que salía de su boca enamoraba mas a Yoongi. Y este nunca lo había superado. A menudo, se encontraba a Jimin en el supermercado haciendo compras, o los sábados a las 03:00 PM iba al parque al que jimin siempre iba a contemplar a los niños. Yoongi seguía enamorado de él.

Y ahora, su amor platónico estaba tomando un café sentado en su sofá, y lo acababa de llamar "Hyung". Una duda corría por su mente, ¿Jimin lo recordaba?

—Oh, Hyung, creo que usted iba a la misma secundaria que yo, de hecho, creo que íbamos al mismo curso.

Yoongi en su mente estaba gritando y su corazón explotaba. Park Jimin lo recordaba, esto no es un simulacro. Tampoco un sueño. O al menos, eso creía.

—S-si... te recuerdo.

Jimin en ese momento tuvo el impulso de besarlo y así lo hizo. ¿Por qué no? Aquel pequeño y tierno chico le había gustado la mitad de la secundaria y tal vez, solo tal vez, le seguía gustando.

Yoongi en ese momento estaba en shock. Sentía los suaves labios de su Jimin sobre los suyos moviéndose delicadamente. Escuchaba su corazón y sentía que explotaría. Todo se fue a la mierda cuando el menor tomo su cintura con ambas manos. En ese momento, el mayor comenzó a corresponder. Suave e inseguro, ya que ese había sido su primer beso.

Jimin sentía explotar, los labios de su hyung eran totalmente adictivos. Suaves, delgados, y aparentemente inexpertos. Su corazón saltó de felicidad al sentir como correspondía al beso. De golpe, Jimin se separó y miró a su mayor.

—Hey Min, me encantas. Desde hace mucho.

Yoongi se sonrojó completito y murmuró algo que Jimin escuchó perfectamente pero pretendió no haber escuchado.

—Lo siento, no entendí.— dijo el menor con una sonrisa.

—¡Q-que a mi tambien me encantas! S-sordo.

Jimin sonrió y abrazó al mayor.

—Por cierto osito, aquí tienes tu miel.

Yoongi abrió la bolsa y se encontró con un frasco de miel. Miró a Jimin con un puchero.

—Hey, no hagas esa carita, ¿hay algo mal?

El mayor asintió y señaló en el envase.

—N-no tiene forma d-de osito.

El rubio miró al peliazul con ternura y lo abrazó muy fuerte.

—Lo siento nene, no había. Pero si quieres, puedo ser tu osito.— Al decir esto, Jimin infló sus cachetes.

Luego de muchas risas y cariños, surgió una duda de parte de Yoongi.

—Jiminnie... ¿Eres mi novio?

Jimin sonrió y lo besó.—Soy lo que tú quieras, bebé.

honey; jimsu [os]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora