Oscura Seducción.

Oscura Seducción. Capitulo 4.

Capitulo 4:

El sábado temprano en la mañana espere cerca de la casa de mis padres a que saliera Cristina en su día libre. Ella me vio montado esperando por ella en mi auto, pero me ignoro por completo y subió rápidamente al taxi que la esperaba. Anonadado no alcance a reaccionar para sacarla del automóvil aquel para subirla al mío.

En el fondo sabia que seria así. Sabia que ella se las arreglaría para escabullirse de mi. Lo que no se imagino es que iría tras ella.

Sé que es inmadurez de mi parte, pero como dije, no permitiré que salga con ningún hombre a parte de mi. 

No le cerré el paso al taxi para bajarla de el para cumplir con la cita que tenia preparada por la cuidad por que tuve curiosidad por conocer a sus dichosos amigos del instituto. Quise además descubrir que hacia en sus días libres.

Sé por su propia boca que los sábados va a los centros comerciales, a las ferias libres, al cine, a las bibliotecas, a los museos y al zoológico. Esta es la primera vez que la sigo.

Me las arregle para que me contara algunas cosas personales tras hablar con confianza durante meses con ella, aunque ella no respondía nada. Poco a poco entro en confianza ante alguien que es muy bueno en expresarse. Así mismo le sonsaque su deseo de retomar sus estudios. 

Fui yo quién le aconsejo buscar un instituto que impartiera clases nocturnas.

Para empezar el día de hoy no me agrado su atuendo. Es demasiado revelador para mi gusto. Comprendo que puedo parecer sumamente egoísta y machista, pero en mi cultura una mujer no debe mostrar su cuerpo. Solo debe lucir su belleza para el marido. Tampoco una mujer puede salir sola a la calle, y menos no cubriendo su cabello con el velo islámico. No llevar el velo es una invitación para que la acosen. 

No me agrada que mi mujer, por que ella lo es, vista así. ¡Una hija mía no se vestirá así de ningún modo!.

Cuando Cristina sea mi esposa vestirá con ropa de dama, con el velo cubriendo su cabello. De todas maneras se verá hermosa, sobre todo se verá elegante y distinguida. Tendrá mucha seda y muchas alhajas de oro.

Los hombres de la cultura que sean no respetan a una mujer que se pasea sola con ropa que muestra sus atributos femeninos. Para ellos es una invitación.

Cristina no tiene una familia que la proteja y vele por ella. He notado que no mantiene contacto con nadie de su familia. 

Ella esta sola en este mundo. No tiene padres que la cuiden y velen por ella. Pero ahora aunque le irrite me tiene a mi.

Aunque le moleste, aunque lo odie, y me reclame abiertamente la cuidare y la protegeré de los peligros. La cuidad es muy peligrosa y mas de noche. ¡¿Qué diablos esta pensando para asistir a un club nocturno con gente que a penas conoce?!

Me siento irritado, en vez de tener una divertida y romántica cita con ella me la pasare actuando como su guardaespaldas durante todo el día.

No la perderé de vista hasta que la vea entrar de nuevo a la casa de mis padres, sana y salva. Será la primera y última vez que asista a un local nocturno si no es conmigo. Yo puedo llevarla a un sitio mas exclusivo que al que seguramente pretende ir.

Desde que me tope con Cristina no he tenido tiempo, ni ganas para tratar a otras personas, sobre todo mujeres. Me apresure en terminar el affair que tenia cuando conocí a mi mujer.

No volví a llevar a ninguna mujer a mi departamento. No puedo acostarme con alguien deseando a Cristina, queriendo a Cristina. Yo no podré tener mas de una esposa. Es algo que tengo claro ahora al conocerla. Solo tengo amor, y deseo que ofrecer a Cristina. Ardo de celos e indignación pensando e imaginando que otro hombre la toque. ¡La mujer ajena es sagrada!.