Cómo serían las cosas (DamenxLaurent)(Captive Prince)(Yaoi)(AU)

Conociendo a una pequeña serpiente

Damen era consciente de la atención de los cortesanos verecianos a su alrededor, reunidos ahí para ver al hombre que había derrotado a su príncipe amado, Auguste. Durante años la relación entre Akielos y Vere había sido conocida por sus constantes desacuerdos; ambas naciones tenían una cultura muy distinta y les costaba poder relacionarse sin conflictos. Pero la reciente amistad entre los príncipes Damianos y Auguste parecía que llevarían a ambos reinos a una cercana relación mejor a lo que se había visto en el pasado.

Aunque Damen dominaba el vereciano tan bien como su idioma natal, le pareció que era mejor permanecer callado. Cuando recibieron la invitación de unirse a una celebración en Vere su padre le hizo prometer que daría una buena apariencia sobre Akielos, abriendo la oportunidad a mejores tratados en un futuro cercano.

—He oído que mi hermano trajo a un invitado.

La voz del chico captó la atención de todos y la retuvo. Su cabello rubio relucía como el oro por la luz de las velas y era difícil apartar la mirada de sus profundos ojos azules. Vestía de manera sobria, el azul de sus ropas parecía demasiado oscuro para la palidez de su piel. Todos los rasgos por los que Damen sentía debilidad, incluso cuando prefería a las mujeres, la apariencia del chico encajaba con sus gustos.

Aunque sus miembros eran delgados y rostro demostraba que aún le faltaba bastante por desarrollarse. Si no se equivocaba se trataba del hermano menor de Auguste, Laurent. Tendría apenas trece años, pero su apariencia ya era deslumbrante.

SIn duda sería un hombre apuesto cuando terminara de desarrollarse.

Laurent parecía ligeramente molesto mientras caminaba hacia Damen. Había vencido a su hermano mayor unos días antes en una competencia uno a uno. Príncipe contra príncipe. No había sido nada muy llamativo o importante, pero la victoria de Akielos parecía ser algo de lo que muchos seguían hablando. Sería un mayor orgullo tener el título de vencedor si su victoria no hubiera sido gracias a un descuido por parte de Auguste.

Incluso la mirada del joven príncipe parecía decírselo. 

«Sólo ganaste porque él estaba cansado, te hubiera vencido indudablemente de otra forma».

Damen se sentía algo culpable por ese hecho. 

Si Auguste no hubiera tenido otros enfrentamientos antes que el suyo los resultados habrían sido muy diferentes. Pero no había forma de cambiar lo que ya había pasado, después de todo sólo había sido una competencia para entretenerse y pasar el rato. Nada que debía tomarse muy en serio.

Vere y Akielos eran aliados y aunque tuvieran constantes fricciones nada cambiaría la situación de las naciones por algunos años.

—Me llamo Damen —se presentó, estirando la mano.

El otro pareció analizarlo por completo antes de corresponder al gesto con cierta timidez. Parecía que en su mente estaba guardando cada pequeño detalle: la postura de Damen, su distancia e inclinación, su altura, el color de su piel y ojos, la forma en la que su cabello se rizaba ligeramente. La profunda mirada casi lo hizo sentir incómodo, demasiado expuesto.

En un principio le pareció una serpiente que analizaba a su siguiente víctima, pero pudo notar algo de amabilidad en el profundo color azul; Damen era conocedor de que el hermano menor de Auguste estaba alejado del entrenamiento y las peleas, algo como un ratón de biblioteca, y a pesar de sus jóvenes rasgos, no parecía el tipo de persona que actuara antes de analizarlo todo con detalle. Un detalle interesante si se consideraba su corta edad.

—Mi hermano menor no es muy bueno con los extraños —Auguste por fin apareció en la habitación.

Había sido llamado por su padre momentos antes, pero tenerlo de vuelta cerca lo hizo sentir más cómodo en esa habitación de extraños. Incluso el rubio pareció relajarse al estar en presencia de su hermano mayor.