En un tiempo donde ser mujer era de poco valor, en especial si eras pobre.
marinett una jovencita de escasos 13 años debe enfrentar un mundo que apenas empieza a comprender.
En especial ahora que ya no cuenta con la protección de su familia, debe li...
-¿ Porque no puedo bajar?- pregunto de nuevo marinette la cual se paseaba de un lado a otro.
- hay que tener cuidado en este asunto, no sabemos si adrianne le comento a su familia sobre ti.- marinette puso cara de fastidio y miro a Bridgette molesta.
-¡ Adrianne sabe guardar secretos, si le prometió a Mario que callaría te aseguro que ellos no saben nada!- dijo con unos enormes mofletes, Bridgette se rió y se miro en el espejo.
- no te molestes, será solo unos momentos y bajaremos, ten un poco de paciencia - pidió tranquila mientras se acomodaba el hermoso broche de flor de loto en el cabello.
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Marinette dejo salir el aire y trato de tomárselo con calma, se volvió a sentar y se quitó una pelusa imaginaria de su vestido de corte tradicional, las dos llevaban patrones diferentes pero el de marinette era un precioso vestido blanco con retoques rojos y sin mangas. El de Bridgette era verde con dorado y flores bordadas de manga corta.
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Eran vestidos que nunca usaban en público, muy hermosos pero señidos al cuerpo y demaciado adelantados a su época, solo los usaban en casa.
Bridgette agudizo el oído y escuchó la voz de su madre, en eso se abrió la puerta y una cabellera rubia entro, reconoció el rostro de inmediato y dirigió su mirada a su prima la cual tenía los ojos bien abiertos.
Se paró de un brinco y una enorme sonrisa ocupó sus labios casi al tiempo que dejaba salir un chillido de alegría. Por su parte adrianne hizo lo mismo y corrió al lado de marinette.
-¡Por dios, Mari te extrañe mucho!- sollozo la muchachita al tiempo que se abrazaba fuertemente de marinette.
Los ojos de Mari estaban llenos de lágrimas, la emoción no la dejaba hablar y solo salían palabras incoherentes y mochas.
fueron alrededor de 10 minutos de lágrimas en los que Bridgette espero pacientemente al lado de ellas... Proporcionando una dotación de pañuelos, Las muchachitas se convirtieron en un amasijo de sollozos y pañuelos mojados.
