Prologo

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Tal vez este era un amor prohibido, tal vez era imposible imaginarse en un futuro juntos, tal vez estaba equivocándose al elegirlo a él..

Jungkook estaba jugando con fuego, y podría quemarse.

Podría perderlo todo si algún día esto saliera a la luz, su fama, sus logros, todo por lo que había luchado en la vida.

Ser el idol más famoso de corea no fue fácil, había tenido que hacer muchos sacrificios.

Pero... estaba dispuesto a correr el riesgo por el, Park Jimin, su protector.

Había quedado encantado desde la primera vez que lo vio, cuando su representante lo presentó como su guardaespaldas, el pelinegro no podía creerlo.

Al principio no quería aceptar sus sentimientos, se negaba a estar enamorado, pero con el tiempo fue cayendo en los encantos del castaño.

Con esa hermosa cara tan suave como porcelana, sus pequeños ojos negros que se esconden cada vez que muestra su preciosa sonrisa, y sus labios.. el pelinegro no podía recordar las veces que pensó en ellos, tan carnosos y de un ligero color carmesí.

Jimin no lo quería por su dinero, ni por su reconocimiento, el lo quería por lo que era, lo quería como Jeon Jungkook, el humilde chico nacido en Busan, se lo había demostrado incontables veces.

Eso solo hizo que se enamorara más de aquel castaño.

Este era un juego muy peligroso, Jungkook estaba consciente.

Pero correría a través de la selva, caminaría descalzo en el desierto, bajaría por los callejones más oscuros, solo por jimin, por su jimin.

Estaba dispuesto a todo por el, pero lo mejor era mantener su relación en secreto, por ahora.

Una voz lo saco de sus profundas cavilaciones.

—¿En que tanto piensas, Kook?—El mayor lo abrazo por detrás poniendo las manos en su cintura.

—No es nada Jiminie—volteó y le sonrió juguetonamente a su amado.

—Jimin..—tomó la cara mayor entre sus manos.

Sus rostros se acercaron lentamente, hasta que los dos sintieron el aliento del otro en su rostro, jimin no podía dejar de mirar los ojos del pelinegro.

—Nunca olvides cuánto te amo...—Susurró el menor rozando el labio del castaño con su pulgar.

Y su amor se fundió en un beso de una pura mezcla de ternura y pasión.

Los dos desearon que el tiempo se detuviera justo ahí, justo en ese momento tan perfecto, tan mágico.

Pero ninguno veía el futuro y ninguno se imaginó los problemas que se venían.

Buenas!! De verdad espero que les guste esta nueva idea que se me ocurrió, denle su apoyo, nos leemos pronto, byeee ❤️❤️.

The bodyguard » KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora