•Roma•

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Día 2, lunes, Roma Italia, 3:10 PM.

Sungyeol yacía recostado sobre aquella cálida cama junto al cuerpo aún desnudo de Myungsoo, una pesadilla había sido la causante de que despertase del sueño que al principio había estado disfrutando, sus cabellos ligeramente rizados, largos y despeinados eran tan notorios que incluso el propio muchacho atino a peinarlos con sus dedos, girándose lentamente sobre la cama para quedar frente a frente con el pelinegro. Llevó su índice a su nariz y suavemente comenzó a acariciarla mientras se acercaba a dejar suaves y pequeños besos sobre aquellos carnosos y dulces labios.

-¿Qué crees que haces?

Sungyeol se separó rápidamente al escuchar la adormilada voz de Myungsoo mientas este poco a poco comenzaba a abrir sus cansados ojos.

-¿Te molesta que te bese después de todo lo que hicimos?

Myungsoo solo comenzó a reír de forma divertida mientras negaba, colocándose de a poco sobre el más alto nuevamente, acomodandose bien entre sus piernas mientras se acercaba a besar aquellos labios para dejar en claro que sentía algo totalmente ajeno a la molestia.

-Para nada.

Los brazos de Sungyeol fueron a dar a su espalda mientras se aferraba a él con una sonrisa.

-Me alegra.

Los besos y las caricias se apoderaron una vez más de la habitación, una segunda ronda no estaría mal antes de salir a cazar y asesinar al segundo susodicho.

•~•

Habían "conseguido" un par de armas, habían pagado la habitación y finalmente Myungsoo decidió que lo mejor era enseñarle a protegerse.

Ambos se encontraban en un bosque, varias latas colgaban de algunas ramas de árboles a una considerable distancia de donde se encontraban, Sungyeol sostenía nerviosamente aquella arma con ambas manos, Myungsoo por su parte le indicaba que es lo que debía hacer.

-Respira si, tienes que mirar con atención el blanco, no dudes jamás, la duda es traicionera, preciso, certero, concéntrate, la mirada fija en el blanco.

Sungyeol asintió repetidas veces conforme inhalaba y exhalaba, mirando fijamente las latas, el aire sacudía con levedad su larga gabardina de piel negra y sus cabellos, haciéndole relajarse un poco hasta que escuchó la indicación del otro.

-¡Ahora!

Sungyeol disparó, una, dos, tres, cuatro y cinco veces, acertando solo dos de cinco. Myungsoo comenzó a aplaudir mientras se acercaba a sacudirle sus cabellos, recibiendo una hermosa sonrisa por parte del más alto.

-Buen trabajo, siempre sostén firmemente el arma como lo has hecho ahora.

Sungyeol asintió emocionado al ver la aprobación del ajeno y nuevamente colocó el seguro al arma, dejando esta en el suelo antes de acercarse al ajeno y abrazarlo por el cuello.

-Gracias por enseñarme, puedo aprender más cosas, lo que sea. ¿Que más quieres que haga?

Myungsoo no pudo evitar sonreír por la acción del ajeno, por lo que de igual forma sonrió y correspondió a su abrazo.

-Ya veremos después, quizá te enseñe a usar algún cuchillo. Tenemos que buscar a nuestra presa.

-¿Quien es?

Me against the devil(Myungyeol)MINI FIC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora