Sttugart es una capital famosa dentro del estado por su cotización exitosa en economía, un centro financiero y popular por tener grandes marcas automovilísticas que se desarrollaron en este pequeño pueblo alemán. Ernesto Von Woffgan es un famoso accionista dentro de las fábricas de manofacturas, en años anteriores habían tenido importantes quiebras de las cuales Ernesto había estado involucrado como gerente menor, la mano derecha del Jefe Vlas Blut-Mutt siendo este la cabeza maestra para evadir las bajas de quiebras en el negocio.
En los años ochenta había conocido a Margarette De Litibio en el sindicato dónde pertenecía Ernesto, con la que se casó diez años después tomando el apellido y quedando como la Señora Von Woffgan, en un costoso y maravilloso casamiento de lujo.
Ambos vivían una historia de amor hermosa como si en una película romántica estuvieran ambientadosTras el matrimonio de esta primeriza y novata unión, nació Demeter en una clínica costosa, lamentablemente el destino fue mas allá de nuestras expectativas, no llegando a ser siempre como uno lo espera. Margarette muere con la edad veinticuatro años ante las complicaciones del parto. Ya que su anemia en avanzadas condiciones no le permitió resistir las hemorragias.
De aquella complicada urgencia nace un pequeño niño insano, quien es derivado a tratamientos intensivos por un posible ataque respiratorio ante una asfixia intrauterina con las violentas contracciones de la madre. El suceso, marca por completo la vida de Ernesto, cayendo en una profunda depresión caótica y descontrolada.
Suplementos alimentarios, leche ficticia que imitaba a ser como la materna, licencias y permisos para poder pasar con su hijo de tan solo dos meses cuando sus abuelos no podían cuidarlo, el trabajo ausentaba piedad en él y Ernesto sufre la depresión por haber perdido a su esposa obteniendo un quiebre financiero, mientras se lamenta de haber tenido un hijo como Demeter, el pequeño se lleva la culpa, la culpa de que su madre muriese prefiriendo la vida del niño, rogando a los doctores que el niño viviera.
Luego de peleas y haber arriesgado su trabajo con las licencias médicas, llega otra mujer medio año después que llena nuevamente de euforia su corazón vacío, Lizbeth Doyle, mujer de veinticinco años, ama de casa sin ningún oficio que destaque más que tocar la lira en pequeños conciertos urbanos, un supuesto "amor a primera vista"
Ernesto esta decidido a casarse con ella, mientras que Lizbeth encuentra su alma materna cuidando al pequeño Demeter, le enseña del arte, le canta mientras toca su pequeña lira y le cuenta mitos griegos que contentan al pequeño.
Demeter se desarrolla en la pequeña familia de tres personas, no tiene hermanos, Lizbeth no puede, es infértil. Pero eso no le hace perder la esperanza, ve en los oscuros ojos del niño la entidad de madre.
Diariamente, cuando Demeter era aún un pequeño que rozaba su primer año, dormía al son de las suaves cuerdas de su lira, en su cuna de colchón pomposo decorado de franela, un espectáculo que el abuelo Jen contentaba, era la manera correcta de llevar por el camino de la paz a un pequeño que llevaba tanta culpa encima.
" —Es un niño atormentado sin que él lo sepa, lleva una carga emocional muy cruel, su inocencia no puede ser perturbada, no dejes que sea como su padre.—"
Rogaba el abuelo enfermo en una cama de sabanas blancas, tomando las manos de Lizbeth quien contenía lagrimas en sus ojos cristalinos sentada a la esquina del hombre, ella asentía en ademanes lamentosos puesto que había tenido la oportunidad de hablar a solas con él, sonaba a despedida.
Demeter, a la edad de 23 años no sabía que su abuelo estaba muriendo."—Deja que el niño aprenda de sus emociones, el universo lo espera, es una mente prodigio, Lizbeth, toca la lira a su lado, cuida al niño que hay dentro, no dejes que sea arrancado por otro que no sea él, debe renacer en un alma candente y madura, debe saber lo que no sabe.—"
" —Nacerá con muchas dudas, dejalo saber—"
×
Lizbeth acomodaba el pequeño corbatín negro de su hijo sobre el cuello de la camisa blanca mientras que Demeter alisaba las superficies de su chaquetón de rayón, la habitación era iluminada por un pequeño candelabro de luz opaca en el techo, decorado con cristales que reflejaban la luz amarilla dando un elegante toque dorado a la habitación, el bolsón que resguardaba el traje negro de Demeter yacía sobre su cama simple y ligera, junto a los demás accesorios como sus joyas y el sombrero de copa el cual utilizaría en la celebración.
Pronto la madre quitó sus manos finas y delicadas de aquél corbatín de franela y se alejó con una sonrisa hacia el cuarto matrimonial, dejándolo solo, Demeter terminó por arreglar las superficies de su chaquetón y prosiguió en abotonarlo frente al reflejo de la ventana. Un estilo victoriano, elegante y costoso, la chaqueta se apegaba a su abdomen mientras que el bestón acinturaba su cuerpo, al estar de acuerdo con su apariencia se colocó las joyas y su sombrero de copa y salió encontrándose en la escalera con su madre minutos más tarde, siendo Ernesto el encargado de cerrar la puerta principal que daba al enorme jardín poblado cuando se encontraron en el estacionamiento.
Hoy era el funeral de su abuelo, sería una fiesta masiva, se reunían los Von Woffgan procedentes de todos los estados de Alemania en un único punto, la iglesia Colegiata Stiftskirche, el patrimonio más importante para los protestantes. Todos venían vestidos de negro, decorados con grandes joyas en señal de eterno respeto al difunto.
Con un horario bien organizado, los Von Woffgan esperaban a las afueras de la iglesia mientras que otros compartían a los alrededores del ataúd plateado acostado sobre una mesa oculta por las rosas, canastos y joyas que rodeaban el cajón cerrado.El funeral era peculiar, para los Von Woffgan era mal visto dar el pésame y transmitir emociones lúgubres y lastimosas hacía los familiares del difunto, pero se respetaban las angustias de los seres directos en caso de que estos sufrieran llantos desequilibrados frente al altar y si esto ocurría, los adolescentes debían retirar a la persona y calmarla a las afueras de la iglesia para no perturbar el dialogo de los familiares, el silencio era una disciplina, respetarlo era tener mínima educación sobre el conjunto.
La familia de los tres llegaron en su destacado automóvil Mercury seis del año cuarenta y nueve, Demeter bajo primero para abrirle la puerta a su madre, quien avanzó con delicadeza para no ensuciar su vestido de cola larga en el barro de las calles. Ernesto cerraba las puertas del auto estacionado junto a los demás y proseguía en avanzar junto a su señora, la cual tomo de su brazo y entrelazó junto al suyo, Demeter iba en silencio, haciendo pequeñas reverencias en signo de saludo.
Al entrar, el castaño dejó su sombrero de copa colgado en el perchero y prosiguió a servirse un trago en la barra libre donde un barman lo atendió, sirvíendole un tradicional Killepitsch, con su autentico aroma frutal y herbario. Compartió con sus primos de sangre un par de copas y prosiguió en silencio a venerar el ataúd de su abuelo.
Argos lo miraba de fondo.
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El Banquete de los Dioses existencialistas [Homoerotica]
RomansaLa filosofía es un estilo de vida, un motivo de sabiduria, de reflexión y protesta, hay que entender que el pensar se extiende de manera ambigua con el paso del tiempo, de pequeño nos acompaña la inocencia, la capacidad del descuido y la curiosidad...