Hay cartas que nunca se debieron haber enviado y esta es una de ellas. Nunca debió ser escrita, nunca debió ser manchada con miles de lágrimas. La vida es un vaivén, si te paras a ver la cara de las personas por la calle al final te das cuenta que posiblemente jamás las vuelvas a ver en la vida y que al fin y al cabo todos somos recuerdos efímeros de todos, sin embargo durante nuestra vida nos topamos con personas con las que conversamos y nos llevamos bien, forjamos una amistad y quizás sean amigos para siempre; después están con las que de naturaleza te llevas mal, que no soportas ni mirar y que más de una vez han tratado de ser tus amigos pero has rechazado sin pensar; y por último las personas que te cambian la vida, personas que aunque estés al borde de la locura son capaces de darle un giro de 360 grados a tu vida para mejor y que te demuestran día a día que es feliz contigo y que no habrá nada ni nadie que pueda separaros, o al menos eso pensamos. En nuestra vida pocas personas se mantendrán a nuestro lado en las buenas como en las malas, pocas se mataran por verte sonreír y pocas darán todo lo que tienen por verte feliz... hay tan pocas y a veces no nos damos cuenta de que existen y las perdemos por egoísmo, porque pensamos que nunca están o que nunca cuando las necesitamos, pero siempre han estado ahí desde las sombras o desde lejos pensando en tu bienestar, pensando en ti.
Hay tantos peces en el mar y te decidí escoger a ti, muchas veces me pregunto ¿Por qué? ¿Por qué tener una relación a distancia con una chica que no conozco, ni he visto en carne y hueso... cuando puedo tener esa misma relación con alguien de mi localidad...? ¿Por qué? Mentiría si te dijera que esos ojos melosos no me conquistaron al instante y que esos labios no provocaban en mi un deseo de lujuria, mentiría si te dijera que no me atrajiste por el físico, si te dijera que no me enamore a primera vista de ti... pero a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta que no era solo eso, era tu forma de ser, tu voz, tu mirada cuando nos veíamos, tu afecto, tu cariño, tu amor... Me llegaste a completar, me sentía el hombre más feliz del planeta contigo a mi lado.
Las discusiones eran fuertes siempre... pero las superábamos y salíamos más fuertes, pensábamos que nunca nada nos iba a separar y que siempre con nuestro amor lograríamos cualquier cosa que nos propusiéramos... incluso detener a la muerte. Te vi crecer y te vi aprender y mejorar como persona, te vi madurar y llorar... te vi tantas veces que mis recuerdos anteriores a ti ya no existen.
Fuimos felices durante mucho tiempo y todavía añoro la vida a tu lado, no mentiré, te echo de menos, echo de menos todo de ti y no te culpo por todo lo que sientas o hayas dejado de sentir de mi, eres una persona y queramos o no estas cosas pasan, los errores no se cometen en un momento... si no a lo largo de mucho tiempo.
Estoy tratando de olvidarte para tratar de volver a ser feliz y por tu bien... pero se me hace imposible, has dejado una marca dentro de mi que nada ni nadie podrá tapar o curar, me has hecho demasiado feliz todo este tiempo y perderte ha sido el hachazo que casi provoca mi muerte de nuevo. Te prometí que nunca lo volvería a hacer y eso trato de hacer, día a día lucho por no volver a caer, hago cosas para tratar de aislarme de todo recuerdo existente de ti y de nuestro amor, trato de olvidar pero echo de menos decirte los buenos días o pasar más tiempo en la noche hablando contigo porque era lo que más me gustaba, echo de menos decirte te quiero porque me da la gana y es lo que siento, echo tanto de menos verte sonreír al verme...
Es verdad, no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y cuando lo perdemos solo podemos lamentar...
Esta es mi última carta, ocho días llorando sobre el teclado, borrando y volviendo a empezar una tras otra vez. Ultima ya que si no nos volvemos a hablar esto es lo que quiero que sepas de mí, si es así solo deseo tu felicidad y tu buena vida, he aquí las palabras de un hombre que te amo desde el primer hasta el último día de su vida.
Por mucho que mi cerebro no quiera recordarte, mi corazón seguirá latiendo por ti y nunca se olvidara de cómo le hiciste sentir.
Te amo
Lo siento, René