¿Qué pasaría si descubrieras que la única persona en quien confiabas te ha provocado el peor daño de tu vida?
Esta es la historia de Elizabeth, una chica de 21 años que vive con sus padres y su hermana mayor en New York. A pesar de tener todo lo que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
8:30 pm
- ¿Alo? ¿Giselle dónde estás? Estoy que te llamo desde hace una hora.- pronuncio molesta -
Giselle: Lo siento Lizzy-me dice con voz apenada- Estaba a punto de salir hace rato pero no encontraba mis llaves, así que me puse a buscarlas por toda mi casa y recién acabo de encontrarlas.
-Me tenías muy preocupada pensé que te había pasado algo en el camino. Llamé a William para preguntar por ti pero no contestaba y esto me ponía aún más nerviosa.
Giselle: Realmente lo siento Lizzy.
-¿Y dónde estaban tus llaves?
Giselle: No me lo creerás – dice esto riéndose-
-¿Dónde estaban?- digo curiosa-
Giselle: En la casa de Bobby-dice riéndose- Yo buscando mis llaves como loca por toda la casa y Bobby la tenía.
-jajaja..¿Es enserio?.Pero ¿Que hacia tu perro con tus llaves?
Giselle: De seguro las cogió para jugar ayer mientras dormía en el sillón
-Me imagino que ya habrás salido de tu casa ¿no?
Giselle: Si. Estoy en camino. Llegaré como en 40 minutos. Nos encontramos en la cafetería ¿verdad?.
- No,ya no.Mejor en otro lugar-digo con tono incomodo-
Giselle: ¿Porque? ¿Qué paso?
Por mi mente pasa si debo decírselo por teléfono o espero que venga. Mejor se lo digo ahora porque si no hará más preguntas. De todas formas conociéndola igual se burlará de la situación. A la mierda se lo diré.
-Mientras que la muñeca no aparecía-digo con un tono sarcástico-la gente me observaba como si me hubieran plantado en una cita porque miraba a cada rato el teléfono. Además, un par de chicos me miraban constantemente desde su mesa y eso me incomodaba demasiado.- doy una pequeña pausa para poder respirar, ya que hablo un poco exaltada-
Giselle: ¿Y que más paso? Sigue.
-Pues se acercaron a mi mesa y trataban de hacerme la conversación pero yo trataba de no hablar. Después de un rato sentía que me ahogaba y ya no soportaba la presencia de ambos, así que empecé arreglar mi blusa y me coloque la chaqueta lista para irme, pero uno de ellos se sentó a mi costado para pedir mi número y me impidió la salida. En ese momento estaba a punto de perder los estribos pero me puse a pensar que había mucha gente y quizás algún conocido, así que opte por enviarle un mensaje a mi hermana para que me llame. Y bueno así fue como pude salir con una muy buena excusa de ese lugar y salvarme de esos depravados.
Giselle: Esto parece un capítulo de una novela, pero lo único que falto fue el galán que te salve-dice riéndose-
-Todo esto lo pasé por tu culpa. Ahora me debes un almuerzo para emendar tu error.
