¿Chico O Chica? (Sin Editar)

Caras vemos, locas no sabemos

Mónica estaba furiosa, se deshizo de cada regalo que Isla le había dado en los últimos años hasta que se quedó con prácticamente su cama y los muebles sin arreglo alguno, con solo uno que otro cuadro con fotos de ella con su familia. La chica era extravagante, sí, pero por alguna razón pocos la toleraban y solo Isla la veía como una buena amiga. Algo así como la niña buena amiga de la niña mala.

Mónica tomó su celular y marcó el número de Eiden sin pensarlo dos veces. Tenía la cuartada perfecta para que se olvidara de su querida Isla.

—Eiden hola, oye ¿has visto a Isla estos días?

—No Mónica y no quiero saber de ella, ¿entiendes?

Sonrió, si ahora él se sentía de esa manera con lo que es ataba a punto de decirle Isla habría pasado a ser un simple bache en su camino.

—Vino a verme — dijo con voz lastimera —. Me dijo cosas muy feas, que era una estúpida zorra que solo quería acostarme contigo y rompió cada regalo que me hizo en los últimos años.

Del otro lado de la línea Eiden no se imaginaba a Isla haciendo tal cosa y mucho menos diciendo estúpida o zorra a Mónica.

— ¿Qué? ¿Isla te dijo eso? — Mónica contestó un leve "sí" —. Esto está mal, ella ni siquiera sabe qué era lo que íbamos a hacer y con un pequeño motivo se larga a la casa de Timmy y ahora con esto.

Hablaron un poco más y colgaron.

Mónica daba saltos de alegría por toda la casa, sus padres no estaban así que no había motivos para ocultar su felicidad al mundo. Puso música y comenzó a bailar en medio de la sala, sus gritos eran totalmente audibles, traspasaban la música.

Eiden estaba desconcertado, se sentía mal por Mónica y decidió ir a verla, ya lo había hecho antes ¿cuál era la diferencia ahora? ¿Que ya no hubiera un motivo —Isla— de por medio?

Al llegar escuchó la música a todo volumen, observó desde la ventana a Mónica bailar al ritmo de la música y sonrió, iba a tocar la puerta pero un grito lo detuvo.

— ¡Te gané Isla, Eiden es mío!

El rostro de Eiden fue todo un poema y no uno muy lindo que digamos, tocó la puerta.

— ¿Qué nece... ¡Eiden, hola! — Mónica arregló su cabello que estaba un poco desordenado. No tenía ni idea de que Eiden había escuchado esas palabras suyas — Pasa.

—Así que... — Eiden pasó lentamente —, ¿ahora soy tuyo?

— ¿De qué hablas? — Mónica rio nerviosa.

— ¿Por qué dijiste eso?

— ¡Porque me gustas, vaya! Me enamoré de ti Eiden, ¿es que eres ciego?

—...

—Solo te quiero para mí y me molesta que siempre pienses en Isla. Isla esto, Isla la otra, tal vez debería decirle a Isla. ¡Me enferma!

—Vine a verte porque me preocupé, creí que ella te había hecho algo malo pero... ya veo que fue mentira.

—Sí me hizo, te quitó de mi lado.

—No, no me quitó yo nunca te he visto de otra manera.

—El plan era que ambos se enamoraran pero decidí cambiarlo y funcionó. Ambos son demasiado moldeables.

Eiden salió de la casa, Mónica estaba arrepentida de lo que dijo ¿por qué era tan impulsiva? Le gritó varias veces a su amado pero se fue así nada más.