Inalcanzables [NaruSaku]

Capítulo I

Sakura Haruno, ahora era una Uchiha, se había casado con el último heredero de dicho Clan. Había cumplido con sus sueños, o eso creía porque sentía un vacío indescriptible... como una sensación que algo no andaba bien, quizás eran imaginaciones suyas pensó. No podía estar más feliz que nunca, a pesar que Sasuke no estaba con ella en esos momentos tenía a su hija Sarada, fruto de su amor.

—Mamá, despierta— escuchó la voz de su hija proveniente de la cocina— Vas a llegar tarde al hospital y yo a la academia.

Sakura se levantó pesadamente, su hija le regaño sin embargo Sakura no dejaba de sonreír, se sentía feliz de tenerla a su lado, sin ella lo hubiera pasado mal, era y es su razón para luchar.

Sarada acompaño hasta cierta parte a su madre, adoraba estar con ella pero no lo admitía abiertamente, era tímida con respecto a sus sentimientos.

Sakura es el mejor médico y su reputación rompe las fronteras, por lo que es respetada por todos. Muchos afirman que es una buena ninja pero por razones familiares Sakura dejó su rol de ninja y se dedicó más a la medicina y a su hija por lo que casi nunca o nunca iba a la torre del Hokage.

Algunas veces se preguntaba porque no retomaba su papel de ninja, Sarada ya era autosuficiente y necesitaba estar en forma pero al rato olvidaba el tema.

— Buenos días Ino— saludo Sakura a su mejor amiga.

— Vaya, vaya frente amplio está feliz— río entre dientes— ¿Será que Sasuke vendrá a verte?— aventuro a decir.

El comentario de Ino la dejó perpleja, se acordó que hace once años no ve a su esposo. Ino se dio cuenta de la expresión de su amiga.

— Lo siento, yo creí que...

— Descuida, es sólo que recién recordé que no veo a Sasuke desde hace once años, es raro... — por la mente de la Uchiha paso la imagen de Naruto y volvió a estar feliz y a la vez "extraña".

— Te veo muy extraña hoy. Está bien que ya seas una anciana pero la edad te está afectando demasiado— Ino se preocupó por su amiga, parecía desorientada y dubitativa— Lo mejor será que descanses, ve a tu casa a descansar; yo te cubro, llamaré a Hinata para cancelar la salida de chicas.

— No, no, no, estoy bien— le empezó a doler la cabeza y se froto la sien — Amanecí rara, ya se me pasará.

— Hazme caso, eres una maniática del trabajo. Que te tomes un descanso hoy no le hará mal a nadie, te voy a cubrir.

Sakura sabía que era inútil discutir con ella, es muy testaruda, no tenía la fuerza mental suficiente para llevarle la contra.

— Está bien, pero prométeme que si ocurre alguna emergencia me llamas — dijo mientras caminaba a la salida.

— Sí, si, disfruta tu día y reposa, no te quiero ver mal mañana — se despidió agitando la mano.

— Hai, hai — afirmó como usualmente lo harían los ninjas. Volvió a su menta la imagen de Kakashi cuando los entrenaba. Por impulso, sus piernas tomaron un rumbo distinto a lo que ella planeó, sin darse cuenta ya estaba frente a la torre del Hokage.

— ¿Debería? — algo dentro de ella le pedía a gritos que entrará y otra parte se negaba, quería salir corriendo — Lo mejor es que me vaya...—susurro.

Justos cuando estaba por marcharse una mano se posó en su hombro, Sakura se asustó tanto que golpeo en el rostro al desconocido.

El desconocido se quejó del dolor — Veo que no cambias Sakura.