XXXVI

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UN AÑO DESPUÉS 

JASON


Estiro los músculos y miro directamente la pista de carrera que se le presentaba frente a él. Tomo una gran bocanada de aire, solo para luego exhalar y ponerse en posición, junto a los otros. No hizo caso a lo que parecían susurrar a lo bajo, a él, respectivamente. Los ignoraba. Siempre lo hacía. Era lo mejor... que volver a romperles la cara.

BANG.

Su cuerpo respondió con rapidez a la bala, impulsándose con la planta de los pies y así emprender carrera. Podía sentir como su respiración se mantenía, mientras que la de los otros comenzaba a regularse.

Sonrió, sin poder evitarlo, moviéndose un poco más rápido y obligándose a ganar. Llegar a la meta. Porque era una gran satisfacción para él, hacerlos morder el polvo.

Los abucheos por partes de algunos no se hicieron esperar cuando cruzó la meta, y fue deteniéndose hasta parar y buscar algo de aire para sus pulmones. Las noches de vigilancia ayudaban a su estado físico, era fuerte, ágil y podía correr todo el tiempo que quisiese. Claro, no debía de fanfarronear. No mucho.

—Felicidades Todd, nuevamente en primer lugar. —Asintió a las palabras del maestro de educación física. Pronto caería la nieve, por lo que solo estaban terminando las últimas carreras de adiestramiento. Porqué de ser posible, entraría en el equipo. Aunque sí se lo preguntaban, prefería el béisbol.

El béisbol desde que Bruce le llevó a un partido. Aunque habían ido solo con ánimo de cumplir una misión.

—Iré a ducharme. —Avisó, solo para girarse y en camino sacarse la camisilla. Estaba sudando demasiado, y no era la primera carrera que hacía. Y sopesaba, no la última.

Al llegar a su locker, sacó una toalla y luego se quitó los zapatos y calcetas, dejándolos allí. La llave la oculto. Nunca era bueno dejar nada a la vista. Conocía a los otros de aquel instituto privado.

Camino a las regaderas, quitándose finalmente todo y dejándolo doblando a un lado. Apenas y tuvo tiempo de fijarse que no había nadie allí, por lo que soltó un suspiro y dejo que el agua tibia cayera sobre él. Cerró sus parpados, comenzando a lavarse, esperando, escuchando, esperando...

—Hey, pero sí es el rarito.

Hijos de puta.

—Es de los poco que puede soportar el sudor en él. Que nenita. —Dijo otro y según los pasos que retumbaban en las paredes húmedas, eran tres a cuatro personas.

—Creíamos que ya no querías vernos, Todd. ¿Te damos miedo? —Unas risas.

—Seguro solo no quiere que le recordemos lo que es.

Ohhhh. —Dijeron varios al mismo tiempo.

—Hey Todd, ¿Qué se siente ser la puta de Bruce Wayne? —Sus ojos entonces se abrieron de golpe, aunque mantenía su vista contra la pared; sabía que estaban tras su espalda.

—Seguro sudar en educación física solo te recuerda a cuando te hace gemir como zorra. Toda mojada por su papi.

—Y no es algo que niegue. Digo, ¿Un menor de edad con el soltero más codiciado de toda Gotham? Ese tipo Wayne debe de ser un enfermo.

"Suficiente."

Se giró, solo para encararlos. Una cosa era meterse con él. Y otra con Bruce. 






❝ Aullando a la Luna ⌜ ᴅᴄ ⌟Where stories live. Discover now