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Un hombre conducia ttmranquilo por la ruta,  una noche de otoño,  lo único que se veía era oscuridad y un muro de árboles a los lados de la carretera.  Horas después el camino pareció interminable,  ni un cartel,  ni una pequeña casa se divisaba.
El nerviosismo creció cuando la aguja del la gasolina comenzó a descender drásticamente,  así en unos metros el auto quedó totalmente quieto.
Sin otra opción salió del auto tomó un bidón y comenzó a caminar hacia la oscuridad acompañado por una linterna. Unos minutos después se pudo ver unas pocas cabañas.
Tomó rumbo hacia allí para pedir ayuda.
Al llegar, la escasa luz de la las viejas lámparas lo recibieron, golpeo en la primera puerta pero nadie salía. Siguio en la siguiente y al a ir oyó  murmullo, no dudo en tocar la puerta. Esta al contacto se abrío haciendo un chirrido. El hombre se sorprendió al encontrar un grupo de gente parada hablando en voz baja. Pidió ayuda y lo miraron de manera extraña hasta que un hombre de avanzada edad le dijo
-unas casas más adelante podran darte un teléfono-y lo dejó allí.  Fue cuando se dio cuenta que estaba en presencia de un funeral. Varía personas rodeaban el ataúd negro que arropaba a la difunta, su piel blanca le puso los pelos de punta,  traía un vestido blanco y su cabello azabache hacia contraste  a el color de su piel.
El hombre pidió disculpas y salió de allí con el corazón acelerado,  Tenia una extraña sensación el el pecho,  de angustia,  de miedo.
Tras despejarse,  continuó caminado rezando por encontrar a alguien que lo ayudará. Hasta que dio con una finca alejada,  los faroles daban señales de que había gente allí,  así que entró en el lugar golpeando la puerta de madera. Un hombre de aspecto tétrico le abrió la puerta haciendo un movimiento de cabeza para que entrata.  Lo dudo pero entró uno pasos.  Le explicó que necesitaba un teléfono o si sabía dónde vendían gasolina.  Pero el hombre pareció sumido en sus pensamientos,  Tenia una ojeras pronunciadas,  pelo canoso y traía ropa de trabajo. El mismo le hizo señas y el hombre dedujo que era sordo o mudo. Así que se dispuso a irse pero el le señaló un pasillo. Así que se encamino hacia allí pensando que habría  alguien que si hablará.
Llegó hasta una cocina espaciosa,  Estaba oscuro y el sonido de el agua correr por la canilla lleno el lugar y de repente paró. Fue cuando noto una silueta de mujer parada frente a la encimera.  Le explicó que buscaba una gasolinera,  que si podía ayudarlo, esta se volteo aún bañada por la oscuridad y solo se quedó parada.  El hombre volvió a insistir ya agotado y entonces la mujer se dejo ver entr la luz. El corazón del hombre palpitaba, parecía que iba a salirse de su pecho.  Comenzó a sudar y dando pasos torpes por salir de allí.  Así que lo hizo, corrio todo lo que pudo, corría sin mirar atrás, las piernas le dolían y fuego subía por su cuello empapado en sudor.  Al llegar a la carretera se abalanzó a la calle para llegar a su auto,  cuando vio que una camioneta venía a toda velocidad.  Logró pararla y le suplico que lo llevará hasta una gasolinera. 
Así se alejó en la ruta y tranquilizando su respiración, penso en lo que ocurrio,  pero el miedo de ver aquel rostro hizo que alejars todo razonamiento de su cabeza,  sólo quería olvidarlo e irse de allí para siempre. Nunca encontró explicación para ver a a aquella mujer que yacía muerta en un ataúd para frente a el,  con su vestido blanco,  su piel pálida,  el pelo negro como la noche y sus ojos muertos mirándolo.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2018 ⏰

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