Quiero Estar Contigo

Capitulo 20

La azabache salio por el portal hacia la parcela.

Estaba muy enojada.

*~*

-Padre ¿puedo pasar?-pregunto la azabache del otro lado de la puerta.

-Claro princesa-contestó y la joven abrio la puerta.

-Quiero preguntarte algo-dijo sentandose frente al gran escritorio de caoba.

-Adelante-dijo acomodando unos papeles y posicionando sus brazos en el escritorio.

-¿Qué pasó con mi madre y por qué no me habias dicho nada sobre eso?-dijo en un tono serio.

-Aver,aver,aver dijiste una pregunta-dijo sacandose los lentes.

-¿Cómo es mi madre?-preguntó con más calma.

-Ella,su nombre era Angelica de la Cruz..su pelo era dorado como el oro y era tan largo y suave que con solo verlo sentias ganas de acariciarlo,era tan delgada y fragil-dijo melancolico y tomando varias pausas mientras hablaba,le costaba bastante hablar de ese tema.

-¿Qué paso con ella y contigo?-dijo casi en suplica.

-No te lo dire-contesto con voz fria.

No queria que su hija supiera que su simple existencia ponia en peligro a todos los demonios,por ser fruto de una relación pecaminosa,pecado.

-¿Qué?¿por qué?-.

-Tu no debes de saber eso-.

-¡¿Por qué no? Es mi madre debo de saber de ella!-dijo enojada.

-¡Si te lo digo estaras en peligro!-dijo gritandole,él también estaba enojado.

-¿Por qué estaría en peligro?¡Tú nunca me has hablado sobre eso!-dijo con los ojos ya irritados por tanta ira.

-¡Yo soy tu padre y yo se lo que debes saber y lo que no!-.

-¡¿Y no quieres que sepa sobre ella? Vaya concepto de seguridad tienes!-.

-¡Ya esta,castigada señorita!-.

-¿Cómo?¡Ya soy mayor!-.

-Fuera de aquí,a tu habitación-dijo sacandola al pasillo y cerrando la puerta.

-¡Oye no me puedes dejar así!-grito del otro lado de la puerta.

-Pues bien,ni quien quisiera estar con un ser tan testarudo y terco-dijo ya irritada.

Y salio de ahí.

*~*

-Deberías pedirle disculpas-dijo un demonio castaño.

-¿Por qué?-pregunto una azabache.

-Pues,digamos que si no fuera tu padre,ya te hubiera decapitado-.

-¿Así de mal me comporte?-pregunto ella aún sabiendo que su respuesta era obvia.

-Si,¿a dónde vas?-pregunto poniendose de pie.

-Necesito pensar,adios Juan Carlos-dijo caminando fuera de la habitación.

*~*

Llego a la parcela y se sentó en el pasto mirando el lago frente a ella.

-Parece que estas de malas-dijo una voz a su izquierda.

-Um-dijo en respuesta.

Ya casi no hablaba directamente con el angel puesto que tenia trabajo que hacer en su mansión.

-¿Gustas?-dijo él mostrando el contenido de un tupper con unos cuantos pedazos de pollo.

-No,gracias-.

-¿Me dirás que te pasa?-.

-Son tonteras que me hacen enojar-respondio sacudiendo un poco su cabeza.

-Um,esta bien-.

-¿Y como te va en el arpa?-preguntó desviando el tema.

-Pesimo-dijo riendo un poco.

Los dos se quedarón sentados platicando sobre cosas triviales,hasta que atardecio.

Se sentía libre,alejada de pensamientos que la hacen enfurecer,pero tenía que volver a su hogar.

Para resolver asuntos que se quedarón a medias.

-Bien,creo que debo ir a casa-dijo él levantandose del suelo.

-Si,yo también-dijo ella.

-Oye deberiamos juntarnos más seguido-.

-Si,bueno ya me voy que se hace más tarde,chao-dijo caminando hacia el lado contrario al que estaba.

-Toma-dijo el castaño lanzando un collar a la azabache-hasta mañana-.

Y se fue de esa parcela.

*~*

-¿Puedo pasar?-pregunto una azabache del otro lado de la puerta.

-Ahora no estoy de humor Alex,será otro dia-respondio la voz grave de su padre.

-Quiero pedirle disculpas-dijo segura del otro lado de la puerta.

-Te escucho-dijo recargandose en la puerta.

-Pues he visto que mi comportamiento fue muy inadecuado y que le falte el respeto al gritarle,por eso le pido acepte mis disculpas-.

-Esta bien-dijo abriendo la puerta para encarar a su hija-te perdono-.

-Gracias-.

-Puedes retirarte-dijo volteando hacia ella.

-Como ordene-dijo comenzando a caminar.

-¿Quién te regalo ese collar?-.

-El principe,Angel-.

La historia se repite.

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Hola mis queridos homunculos.

Capitulo 20 y tengo sueño.

En fin.

Perdonen los errores ortograficos.

Nos leemos luego.