Cap 4: "Pesadilla"

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[ Recomendación para leer este capítulo:

El terror se apodera de Jade cuando para dar un solo paso siente que va a desmoronarse por la presión de aquel corrompido ambiente, cargado de maldad y muerte. El fuerte hedor a descomposición, a carne humana o animal podrida, le produce un asco tal que le hace reprimir varias arcadas para no vomitar ahí mismo. Se ve obligada a avanzar por aquel lugar, pasando la luz de su linterna por cada sitio en el que escucha que algo se mueve. Pasa de los baños a una sala detrás, donde los vestidores de bailarinas. Allí hay muchos maniquies de mujer, todos desnudos y algunos manchados de sangre en la zona genital. Al pasar solo mirando con su linterna, no ve que se muevan, pero nada más quitarle la luz de encima siente el crujir del plástico viejo al chocar.


No quiere mirar, apunta con la linterna por el pasillo único por el que tiene que transitar si quiere llegar a las escaleras que dan al segundo piso. Pero entonces, cuando avanzo hasta la mitad, siente el arrastre de objetos pesados tras de sí. Cuando se gira, los ve... Los maniquíes de antes no solo se habían movido, estaban colocados en el pasillo en posiciones diferentes pero todos miraban a un solo punto con esos inquietantes ojos que imitan perturbadoramente a los humanos: a ella. Es cuando Jade retrocede, su pie hace ruido en el crujir del parqué de madera bajo ella y ese ruido hace mover a los maniquíes delante de su vista. Esto le hace asustar e irremediablemente grita. Entonces las horrendas figuras comienzan a sangrar por sus bocas, ojos y orejas, se mueven más rápido, la persiguen cuando esta comienza a correr.


[Los maniquíes representan el más oscuro rechazo que la sociedad hizo sobre ella por no poseer un cuerpo esbelto, una figura envidiable y delgada como los maniquíes que diario veía en las vidrieras de locales de ropa que no podía comprarse. Este rechazo hizo que ella misma odiara su cuerpo.. Silent Hill tomo su miedo, le dió vida y lo puso delante de ella... los maniquíes no solo pueden tocarla, pueden dañarla y hasta matarla.]


Jade corre tan rápido como el miedo le permite a su cuerpo, llega a las escaleras, sube y al llegar al segundo piso un maniqui que moraba allí se aferra a su cuerpo, cerrando sus frías y duras manos en la tela de su ropa y su cabello, tira de estos como si intentara quitarselos. Los maniquíes son envidiosos, quieren la ropa para cubrirse, el cabello para lucirlo, son como las mujeres que Jade odiaba.


La víctima grita del dolor y el pavor que le provoca tal sorpresivo agarre, para peor, sus gritos atraen a más maniquíes que salen de los cuartos, algunos vestidos con insinuante ropa de prostituta, representan a este tipo de mujeres. Jade logra librarse del maniquí que la mantiene cautiva solo cuando toma el valor suficiente para golpearlo en la cabeza tan fuerte que se la quita y esta cae al suelo absolutamente hueca pero sufriendo de una hemorragia que poco tarde en hacer un charco de sangre.


La chica huye de la escena, alumbrando al frente para evitar a los monstruos como buenamente puede pero son demasiados. Pronto se ve acorralada en un cuarto, acumulando cosas en la puerta para evitar que los maniquíes entraran. No los detendría mucho tiempo. La única salida es una ventana que da a una conveniente escalera de incendios afuera del edificio, la abre y sale por allí.


Cuando está fuera del edificio, todas las imposibilidades y la inseguridad casi le hacen desear estar dentro de él de nuevo, pues no da ni tres pasos hacia la calle que logra ver a las criaturas que la persiguieron primero. Aquellos similares a hombres, caminantes que al sentirla comenzaron a aproximarse.

Silent Hill "Broken Soul"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora