Único

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Mina siempre se consideró una chica romántica y una cupido. Siempre al tanto de los temas amorosos de la gente a su alrededor buscaba ayudarles de cualquier manera. En parte porque era curiosa, no iba a negar que quería saber todo sobre el amor de sus amigos. Pero por otro lado—y esto es lo que profesaba en voz alta—deseaba más que nadie la felicidad a sus seres queridos y por eso estaba dispuesta a darles un empujoncito si fuera necesario.

Sus increíbles habilidades nunca fueron cuestionadas, desde la escuela media jamás recibió una queja después de que la pareja se uniera; porque aunque sus planes a veces fueran raros, excéntricos o tontos el final siempre era feliz. Esto era algo que Kirishima sabía bien, por eso se armó de valor para plantarse ante su amiga y no sólo confesarle que le gustaba el explosivo Bakugo, sino también pedirle ayuda para declararse.

Después de decirlo estaba claramente incómodo, al punto de agachar la cabeza para no verla. El silencio que se hizo presente era poco usual entre tan ruidosos amigos. Mina miró hacía otro lado, su boca cambió a una fina línea inexpresiva y sin darse cuenta se había cruzado de brazos.

—No—dijo tan queda que Kirishima pensó oir mal.

— ¿Ash?—el pelirrojo levantó la cabeza incrédulo.

Ella volvió en sí, su sembalante cambió rápido a su típica y alegre sonrisa.

—Estoy bromeando ¡claro que voy a ayudarte!—levantó los brazos dispuesta a abrazar a su amigo, pero algo en su cabeza la hizo detenerse. Llevó las manos al pelo tratando de disimular—. Pero si vamos a hacer esto debemos persarlo bien, Bakugo no es alguien fácil de tratar.

—No me lo recuerdes, la verdad me asusta un poco lo que pueda pensar...

—Vamos, no puedes deprimirte ahora ¿dónde está el Kirishima 2.0 que no iba a temerle a nada?

Aquel comentario lo hizo reir un poco.

—Gracias Ash, eres la mejor.

—Lo sé— sonrió leve—. Ahora si me disculpas estaba por tomar un baño.

—Ah perdona—dijo levantándose.

Ashido lo acompañó a la puerta de su cuarto, se despidió asegurando que le llamaría cuando se le ocurriera algo y Kirishima agredecido salió canturreando, ajeno a lo que quedaba en la habitación de la chica rosada. Mina se lanzó a la cama boca arriba, removiendose inquieta, el encuentro con el pelirrojo le había dejado una incómoda sensación.

¿Incómoda... O decepcionante?

Decidió hacer su mentira realidad tomando la toalla y saliendo al baño de chicas para ducharse. Sin embargo, el agua caliente no conseguía relajarla como decían las novelas románticas que leía en linea, se maldijo por creer aquello.

En el camino de regreso a su cuarto se cruzó a Kaminari, éste llevaba una enorme bolsa de papas fritas y Ashido supo que significaba, el escuadrón estaba reunido en la sala común. Siguió a su eléctrico amigo sólo para confirmar que ellos y algunas personas más estaban pasando el tiempo ahí. Sero, Kaminari y Mineta preparaban la consola, Jirou jugueteaba con la guitarra, Uraraka recogía unos vasos de la mesita ratona y en el sillón grande Bakugo y Kirishima leían un cómic.  Trató de no enfocarse en como el pelirrojo se apoyaba en el hombro del rubio para ojear la historieta.

¿Por qué los ayudas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora