🥀 ESPECIAL: FAMILIA HATAKE 🥀

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Mucho tiempo atrás, cuando la aldea apenas se estaba solidando, los clanes se incorporaban en ella y algunos  hacían convenios para unir en matrimonios a sus miembros con otros clanes como es el caso de la familia Uzumaki con el Clan Senju, existió un diminuto clan llamado Hatake. 

El clan Hatake se distinguían por sus miembros con sus largas cabelleras blancas, piel pálida y ojos oscuros como el carbón; en aquel clan, apenas rebasaba los 10 miembros, pero tenían un don, eran excelentes ninjas y leales que servían a la aldea y a la nación, más sin embargo no gozaban de riquezas y se vieron obligados a realizar otro tipos de oficios tal es el caso de Maya, la hija mayor del líder del clan. 

Hatake Maya, fue una joven que se resaltaba por su belleza, era apenas una novicia en el mundo adulto, tenía 17 años cuando conoció a su amor imposible. Senju Tobirama; Trabajaba como sirvienta en la casa Senju, atendía especialmente a Tobirama; Tobirama era muy astuto y audaz como ninja, poseía grandes habilidades, pero tenía una debilidad, no era bueno con las mujeres, era malísimo, toda su vida se dedicó a la guerra y cuando se abrió el paso (casi obligado por los del consejo y su familia) para iniciar una familia, era casi irónico que lo que tenía de guapo lo tenía de inexperto. 

Maya era amiga de Mito, esposa de Senju Hashirama, que aunque era más grande que ella habían formado una linda amistad; de hecho, fue la mismísima Mito quien recomendó a Maya como sirvienta para los aposentos de Tobirama. Ya tenía un año y medio trabajando con la familia y solo hacía que se enamorara más del peliplata de ojos carmesí, Mito en muchas ocasiones quiso unirlos y de tantas veces una fue la que le funcionó. 

Flash back 

Era la boda de la hija menor de Hashirama, se casaba con el hijo de un alto funcionario, dicen que fue amor a primera vista. Ahí estaba Maya, con un vestido rosa palo con olanes en la parte del escote y en la falda, se le pegaba a la cintura y resaltaba sus grandes senos. Mito la había ayudado con el vestuario pues era un viejo vestido que seguía de moda. Maya se encontraba en el balcón dejando que el aire mismo hiciera bailar su cabello y le enfriara la cara, pero, una voz gruesa provocó que se asustara y diera un salto. 

— Te resfriaras si sigues estando ahí y sin un abrigo— Le dijo Tobirama a sus espaldas. Estaba vestido muy formal, con el vestuario de esa época, había hecho el papel de testigo para la unión de la boda. Traía una copa de vino en su mano. 

Maya, lo miró de reojo.

— Pues somos dos, señor — Maya no lo volteó a ver, seguía mirando la noche estrellada que el cielo le regalaba. 

Dio un saltito cuando sintió que le colocaban un abrigo en los hombros. Maya volteó a ver a su contraria, quien tenía un leve rubor en las mejillas. 

— Te resfriaras y así no me sirves. — Dijo como excusa a su acción. 

— Cierto, señor. — Le contestó tímidamente mientras trataba de ocultar su rubor bajando la mirada y dejando que su cabello le pudiese tabar.— Linda boda, gracias por la invitación. 

Tobirama la tomó de la barbilla e hizo que alzara la mirada, le colocó los mechones de cabellos traviesos detrás de la oreja y dejó su mano reposar sobre sus mejillas tiernamente mientras la veía a los ojos; se fueron acercando lentamente, colocó su mano derecha en su cintura y la izquierda la dejó en la mejilla de Maya. Ella por instinto cerró sus ojos y sentía como su respiración y corazón estaban alterados y su mundo paró cuando sintió los labios de su amor platónico en los suyos, no se movió hasta que él lo hizo y su estómago bailaba de alegría al igual que su corazón. Cuando se estaban besando sonaron de fondo los fuegos artificiales y la música calmada.  

UNA VIDA CON EL HATAKE - H. KAKASHIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora