Nocturna

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                           Eris
Las ramas del árbol arañan la ventana de forma violenta y el silencio te hace pensar que el ventanal esta por perder la batalla y ceder, la habitación oscura proyecta una sombra tétrica gracias a la luz de la luna y… espera, ¿dónde mierda estoy?
Me levanto de una cama que en mi vida había visto y en una habitación completamente descocida para mí, camino por la habitación intentando hacer memoria de como llegue hasta aquí, pero no puedo recordar nada desde la mañana cuando me dirigía a la biblioteca. Eso ocurrió a las doce del mediodía y parece ser más de media noche, pero por mas que me esfuerzo en tratar de recordar nada se viene a mi cabeza, regreso a la cama, pero esta vez me siento y puedo notar que desde debajo de la puerta una luz tenue se proyecta y sin pensarlo dos veces me encuentro girando la manilla de la puerta lentamente para evitar hacer ruido y alertar a quien sea que se encuentra afuera.
*como si pudiera haber algo más peligroso que tu cariño *
¿tú de nuevo?
*yo soy tu, psicópata loca*
Ignorando la voz de mi conciencia salgo intentando hacer el menor ruido posible y puedo escuchar que en el piso de abajo suena una televisión con algún programa basura y por primera vez en la noche me doy cuenta de que llevo las manos y la chaqueta cubiertos de un líquido rojo y viscoso. Sé que es sangre pues reconocería ese olor en cualquier parte.
*Felicidades, lo has vuelto a hacer*

Ignoro a la estúpida voz por segunda vez y corro escaleras abajo, un hombre se encuentra de espaldas a mi sentado en un sofá individual frente a la televisión, rodeo el sofá y aprecio que esta muerto, su cuello ha sido cortado y una pequeña mancha en su abdomen hace evidente que fue apuñalado, me siento en la mesita de centro y lo observo por un largo periodo de tiempo. Sé que estoy sola, se que no debo esconder el cuerpo, que no debo buscar el arma homicida, ni intentar borrar mis huellas, porque ya me encargué de eso, porque yo lo mate y este no es el primer hombre que asesino.
Miro su rostro, se ve joven, tiene una mueca de horror bastante particular, se ha desangrado por completo. Nunca le he visto en mi vida y por séptima vez no se que me llevo a hacerlo, ni siquiera recuerdo como llegue hasta este punto ni a este lugar.  No siento pena ni remordimiento, pero si desconcierto, por más que lo intento no lo recuerdo y eso es lo que me mata hace meses, me gustaría saber que me lleva a cometer estos actos y no solo ver especulaciones en los noticieros por parte de la policía al día siguiente.
Decido levantarme finalmente y salir por la puerta principal asegurándome que nadie se encuentre cerca de la casa, me quito la chaqueta e intento limpiar mis manos con esta pero solo logro manchar mis brazos, la sangre de mis manos ya está seca y me es imposible quitarla a diferencia de la de la chaqueta que todavía permanece fresca.
Camino a paso rápido sin mirar a nadie ni a nada intentando cubrir lo mas posible la chaqueta llena de sangre que llevo en forma de bulto entre mis brazos. Algunas cuadras más abajo puedo ver un mini super mercado 24/7 y comprendiendo mis posibilidades la única opción de poder llegar a mi casa sana e impune es pareciendo menos psicópata asesina posible, sin más opciones decido abrir la puerta de vidrio de ese localucho y pasar directo al baño sin reparar en la dependienta que me saluda apenas pongo un pie dentro.
Al llegar al baño cierro la puerta con seguro y abro el grifo del agua, miro mi aspecto en el espejo. Luzco terrible unas ojeras muy profundas debido a lo poco que he dormido estas semanas, mis pupilas están completamente dilatadas y tengo salpicaduras de sangre en el cuello y mejillas, mojo y enjuago mis manos y cara repetidas veces hasta que unos golpes en la puerta me alertan que la dependienta me siguió
- Oye ¿te encuentras bien?  Me pareció ver que estabas herida - me pregunta y parece preocupada, aunque yo estoy mas preocupada por ella que por mí.

Ante mis nulas respuestas sigue insistiendo y en vista de que es un ser humano completamente simple y superficial, si abro esa puerta en este momento y le digo que es la sangre de la persona a la que asesine hace unas horas solo voy a conseguir pudrirme en la cárcel. Opto por la opción más fácil para su diminuto cerebro y mi libertad, sin pensarlo dos veces corto la palma de mi mano con la orilla del espejo frente a mí, limpio el borde de este y abro la puerta rápidamente.

- Estoy bien, estoy bien, solo acaban de asaltarme y el tipo corto mi mano, sangra ¿lo ves?
- ¡Dios mío, pero debes ir a un hospital! ¿quieres que llame a la policía? - pregunta con los ojos a punto de salírseles de orbita como si una mano cortada fuera lo mas terrible que ha visto en su vida.
- Estoy bien solo me han robado el móvil, pero ya era un trasto viejo- acoto con desinterés para que esta charla termine rápido.
- ¡Pero mira esa chaqueta has perdido demasiada sangre!
pero que tipa más pesada pienso para mis adentro sin dejar de ver como mueve las manos de manera frenética sin saber qué hacer.
- Realmente estoy bien solo debo ir casa.
- No. Definitivamente llamare a la policía para que detengan a ese tipo. Se que estas asustada cariño, pero debemos denunciarlo.
Denunciarlo mi culo el tío que me robo no existe si la poli llega estaré en serios problemas, tengo que pensar en una forma de quitarme de enzima a esta justiciera de mierda.
- Está bien puedes llamar a la policía, pero yo esperare afuera.
- Esta bien, debes querer tomar un poco de aire. Luego de llamar te llevare un café para tus nervios. - exclama la ingenua con una sonrisa.
Solo asiento y salgo de la tienda sin mirar atrás y sin detenerme en la entrada, aunque la mujer se encuentra tan ocupada llamando a la policía tras el mostrador que no se percata que ya me encuentro calle abajo sin detener el paso rápido y con un corte en la mano.
*Claro, porque cortarte la mano era la forma más genial de escapar y eres tan idiota que no se te pudo ocurrir salir por la ventana del baño.*
Podrías haberme señalado eso antes pienso mientras me abofeteo mentalmente.
*Es un placer disfrutar de tu idiotez cada día.*
Antes de haber llegado a la gran autopista que separa este sector con una parada de bus escucho el auto de la policía acercarse a donde me encuentro, por que cuando uno menos los necesita más rápido llegan.
Corro calle abajo y me detengo de sopetón antes de llegar a la iluminada autopista que me pondrá en evidencia. Sin mas escondites decido colocarme tras un auto, me mantengo en cuclillas refugiándome en la puerta del copiloto. Hasta que este se coloca en marcha repentinamente, el sonido de la sirena está cada vez más cerca hasta que como si de una película se tratase un tipo joven abre la puerta del copiloto desde dentro.
-Sube. -  me indica con un semblante lleno de impaciencia y pese a considerarlo por un momento decido subirme echando a la basura toda la cordura que le queda a esta cabeza desquiciada.
El tipo acelera y se mete a la autopista en un movimiento rápido y eficaz como si de un personaje de rápido y furioso se tratara, intento que la sorpresa por su maniobra no sea evidente y guardamos silencio por lo menos unos ocho minutos en donde lo único que escucho es nuestras respiraciones.
*Estas frita te violara y te matara para luego tirar tu cuerpo al rio.*

De todas maneras, no lo culpo yo me puse en bandeja de plata
   *¿Lo estas justificando?*
      No
     *si*
      No
     *siiiii y es porque es jodidamente    sexy*
    ¿¡Por qué no cierras la puta boca!?
     *Si, el punto es que soy tu jodida conciencia y no tengo boca, y dime ¿cómo se verá sin esa camisa? Y ¿si se la   quitamos? *

El chico se detiene luego de unos minutos mas y apaga el motor, pero no voltea a verme, solo mantiene su mirada fija al frente mientras sujeta el volante. Muevo mi mano lentamente hasta la manilla del auto, pero esta no sede.
- Gracias, ¿puedes abrir el auto para que me baje ahora? - pegunto suavemente para que este loco por lo menos se apiade de mi y me deje tranquila.
- No.- dice mientras se voltea a sonreírme.
- Ok, ok ,ok me ayudaste, gracias pero ahora me quiero ir.
- No va a ser posible. -  me responde con determinación sin dejar de sonreírme.
- Quieres violarme o algo idiota enfermo porque me aburro esperando. - a pesar de que es la primera basura que sale por mi boca no es precisamente lo que espero que haga.
El muy bastardo suelta una risotada para nada desagradable y por un momento olvido que estoy a punto de ser la victima de quizá que cosa repulsiva hasta que el chico habla.
-Solo estaba pensando. - me dice borrando la sonrisa que hasta hace unos minutos conservaba.
-entonces que mier…
- Pensaba en si debía detenerte yo o llevarte a donde mis colegas para que realizaran el trabajo. - dice mientras me muestra su placa, su placa de detective.
Mierda…..

Trust MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora