Capítulo 3: La chica nueva

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Tic tac, tic tac, tic tac.

El constante sonido de las manecillas del reloj que se encontraba por encima de mi cabeza no me ayudaba en lo absoluto a calmar mis nervios. Me encontraba en las oficinas principales esperando a que me dieran mi horario.

Antes de habernos despedido de la familia de Gemma la noche anterior, ésta convenció a mis padres de inscribirme en el mismo colegio que ella, al enterarse que iríamos a buscar uno por la mañana.

Miraba a mi alrededor y, todo era ciertamente distinto a mi antiguo colegio en Irlanda, tanto, que sentía miedo. Miedo a ser rechazada.

De nuevo.

- ¡Emma!

Gemma venía caminando deprisa hacia mí con una sonrisa enorme.

- Hola -Saludé.

- ¡Qué emoción que estés aquí! De verdad pensé que tal vez tus padres ignorarían mi opción.

- Pues... Ya ves que no -Dije intentando formar una sonrisa.

- ¿Qué ocurre? No te veo emocionada, sé que estás nerviosa, es normal pero, fuera de ahí, te noto extraña. -Comentó frunciendo el ceño mientras me veía confundida.

- Se supone que debería estar acostumbrada a esto pero esta vez es distinto, Gemma...

Mi cabeza divagaba hasta llegar al recuerdo de una cabellera rubia y unos adorables ojos azules.

- ¿Es por Niall? 

La miré fijamente por un instante, ¿Cómo sabe ella acerca de Niall? Yo no se lo había comentado en lo absoluto.

- ¿Cómo... ? -Me interrumpió.

- Tu madre me contó un poco. Me dijo que esta vez te sería un poco más difícil adaptarte al cambio porque en Irlanda tenías un mejor amigo.

- Ya veo... -Sentía un vacío en el pecho. Como si algo me faltara, como si me hubieran arrancado una parte vital de mí.

- Lamento si he sido entrometida, Emma. No ha sido mi intención, de verdad, lo lamento mucho. -Gemma mordía con cierta timidez su labio inferior como esperando a que yo le reclamara.

- Está bien, no estoy molesta. -Le sonreí.- Es sólo que... Aún no me sentía lista para hablarte de él. Lo extraño y esto me ha afectado bastante...

- Me imagino cómo te sientes. Pero, ¿adivina qué? No estás sola, Emma. Me tienes a mí y a mi hermano. -Trataba de levantarme los ánimos lo más que ella podía hacerlo. Era bastante simpática.

- ¡Gemma! ¡A tu hermano ni siquiera lo conozco! -Carcajeé.

- Pero lo harás y sé que te dirá lo mismo que yo. -Se colocó a mi lado mientras me tomaba del brazo y me sonreía. ¿Acaso no le dolían las comisuras de tanto sonreír? Yo no aguantaría tanto.- Ahora, tenemos que apresurarnos o llegaremos tarde a clase en tu primer día y, digamos, que eso no se vería del todo bien en la "chica nueva".

***

Nunca había esperado con tantas ansias la hora del almuerzo. Había descubierto que compartía algunas de mis clases con Gemma y no podía haberme sentido más aliviada. Es verdad que casi no nos conocemos pero, el hecho de que no conocía a nadie en el colegio excepto a ella, era como una especie de milagro.

Fuimos juntas al comedor y buscamos una mesa para almorzar, sorprendentemente, la mayoría estaban vacías, muchos de los alumnos se encontraban afuera ya que hacía un día hermoso. 

- Y... ¿Qué piensas? -Miraba directo hacia su comida mientras esperaba mi respuesta.

- Está bastante bien, es la escuela más grande en la que he estado y la mayoría de la gente aquí parece amable.

Y era verdad, un par de compañeros en clase se habían acercado a entablar una conversación. Y habían sido agradables.

- ¿Pero? -Esta vez sí me miraba.

- ¿Cómo sabes que hay un "pero"? -Esta chica era buena. No sabía si podía leer el lenguaje corporal o la mente. Ambas opciones me hicieron estremecer.

- Bueno, se te nota. Aún tienes esa expresión en el rostro. -Hizo una mueca.- ¿Es él, verdad?

Le había mandado un mensaje de texto a Niall cuando había despertado contándole acerca del nuevo colegio. Él respondió minutos después deseándome suerte y diciendo cómo le gustaría estar ahí.

- Es mi mejor amigo, y lo extraño. -Dije mordiéndome el labio. No me gustaba esto. No me gustaba que las personas pudieran ver cómo me sentía.

- Lo sé, lo siento. Por sacar el tema a borde, ya sabes. -Desvió la vista hacia el exterior dónde se encontraba el resto de la población estudiantil.

- Claro, no hay problema. -Sonreí. Mi sonrisa nunca había sido más falsa.

Al terminar de almorzar, salimos a caminar un poco y pude notar que Gemma era algo popular, al igual que su hermano. Los chicos -sobre todo las chicas- que se cruzaban con ella le preguntaban por él, por Harry. ¿Pues qué tendría de especial este chico? 

Between UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora