— Escalera real —.Desplegó las cartas sonriente, el abanico se abrió arrancando disgustos por toda la mesa mientras otras cartas eran lanzadas a la superficie con molestia, ninguna mano hubiese podido ganarle a esa.
— Hiciste trampa— señaló uno de los presentes. Lanzando su vaso al suelo, los vidrios rompiéndose contra la superficie atrajeron la atención de casi todos en la habitación.
Los hombres se levantaron a su alrededor, Twisted Fate sonrió desde su sitio. Movió apenas su vaso de whisky, casi intacto, había aprendido con el tiempo a no beber mientras jugaba, no por cuidado a sí mismo, sino por lo que los otros podrían hacer.
—¿De que te ríes maldito estafador?—
— De tu incompetencia al jugar, tienes que culpar a alguien más de lo terrible jugador que eres —. Solo lograba verse su sonrisa, la confianza destilando por los bordes de esta sin humildad alguna. Claro que había hecho trampa, siempre que quería sacarles un poco más de dinero a todos, lo hacía; pero nunca nadie lo notaba. Twisted Fate era muy bueno jugando así que casi nunca tenía que incurrir a hacerlo.
Pero estaba claro, a esos pobres hombres les sobraba el dinero, y él, como buen samaritano que era solo quería ayudarles al quitar un poco de ese dinero de encima suyo.
—¡Maldita sabandija!—.
Una botella más fue rota ahora contra una pared, y se les lanzaron encima.
Él pateo la mesa, golpeando al viejo que había saltado primero. Se deslizó esquivando los golpes mientras movía una carta entre sus dedos. Un codazo en todo el hígado dejó a uno de los más atrevidos llorando de dolor, el escenario en aquel salón comenzó poco a poco a subir de temperatura y más personas empezaron a pelear por casi nada, tomando ese momento perfecto para desaparecer entre el griterío que lo buscaba para cortarle más que el cuello.
Una carta quedó atrás, y apareció en un callejón oscuro. Se peino el cabello hacia atrás y sacudió su gabardina de polvo y cualquier otra suciedad.
— Dijiste que saldrías sin problemas — murmuró una voz en la oscuridad. Fate formó una sonrisa mientras se acercaba a la voz.
Malcolm masticaba con cierta rabia algo entre sus dientes que Twisted Fate identificó como una rama de regalis, una que el mismo le había dado esa noche a modo de broma para sus crisis de ansiedad por la ausencia de nicotina.
—¿Y la pipa?—
— Se me acabó el tabaco y sólo me quedaba esta maldita cosa—
Fate, no, Tobias anulo las distancias entre ellos, y se pegó a el sonriendo travieso, por supuesto que estaba disfrutando de la pequeña escena, Malcolm rodeo su cintura, y antes de decir algo al respecto guardó silencio. Escuchó varios pasos corriendo por la calle. Fate solo subió sus manos al rostro de Malcolm, peinando su barba entre sus dedos, y quejándose cuando este le quito el sombrero y lo escondió tras suyo.
Callados, se besaron en medio del silencio de aquel callejón, escuchando como más personas se acercaban a su posición.
Graves no levantó la vista, solo seguía besando a Tobias, que respondía dulce al toque, pero estaba consciente que los hombres se habían asomado para ver si Fate había escapado ahí. Los pasos no llegaron hasta ellos, las sombras solamente jugaron aún más a su favor, con un gruñido y un metiche "Vayan a un cuarto" los dejaron solos. Los hombres continuaron corriendo por la calle mientras buscaban a Twisted Fate.
.0.0.
Era muy avanzada en la madrugada cuando entraron al pequeño restaurante zaunita, uno de los pocos abiertos a esas horas, y uno de los que más le agradaba a ambos; discreto y humilde. Solo querían comer algo antes de volver a la habitación del hostal. Además, eso daba más tiempo a la brecha de búsqueda que continuaría por unas horas más tras el trasero de Fate. En un punto se cansarían.
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Coincidencias [ Graves x Twisted Fate ] R18
Fanfiction"Fue una casualidad encontrarse con conocidos. Tobías alías Twisted Fate y Malcolm Graves comienzan a andar al mismo paso. Luego de tanto tiempo, y resuelto sus conflictos del presente, vuelven a salir juntos; como hace mucho tiempo ya había ocurrid...