Stiles despertó con el sol en su rostro. Se estiró con lentitud, intentando tomar el mayor tiempo posible, y luego, con algo de pereza, salió de su pequeña habitación. Su padre se encontraba en el taller y Stiles, lejos de querer molestarle, caminó silenciosamente, tomando los libros que debia devolver y preparándose para salir al pueblo. Salió de la casa con una leve sonrisa, escuchando la risa de su padre, al igual que el sonido constante (snick, snick) que le hacía saber que estaba creando algo nuevo. Aquello lo hizo sonreír aun más.
Bajó la escalera dando pequeños saltitos, tarareando por lo bajo y miró hacia el pueblo, iluminado por los mañaneros rayos de sol.
-- Que lugar simple y aburrido-tarareo por lo bajo--. Siempre es como el día anterior...--sonó una campana a lo lejos, lo que indicaba que era hora de despertar--. Qué lugar sólo de gente simple, que despierta así...
Se abrieron algunas ventas, como de costumbre, y los aldeanos comenzaron a saludarse entre ellos. Stiles caminó en silencio, sintiéndose como lejos de toda aquella gente.
Se abrió paso por la calle principal, mirando y escuchando a las personas repetir las mismas palabras que el dia anterior.
Ahí viene el panadero como siempre--penso con cansancio--, su mismo pan viene a vender.
Las mañanas siempre igual desde el día en que llegué a este rústico lugar...
--Buenos días, Stiles.
Stiles fingió una sonrisa--Buenos días, señor.
--¿A dónde vas?
--A la librería, acabo de leer un cuento
maravilloso de unas semillas, un ogro y-El señor lo interrumpió--¿Así? Marie, el pan, rápido.
Mire, ahí va ese chico tan extraño
Es distraído como ves
No es de nuestra sociedad
En las nubes siempre está
No hay duda que un chico raro es...Stiles puso los ojos en blanco y se apresuró para llegar a su único y favorito sitio en aquel pueblo; la librería.
--Ah, Stiles.
--Buenos días, aquí está el libro que me prestó.
--¿Ya lo terminaste?
--No podía soltarlo. ¿Tiene algo nuevo?
--No desde ayer.
--No importa. Me llevaré éste.
--¿Ése? Pero si lo has leído dos veces.
--Es mi favorito. Tierras lejanas, duelos, hechizos mágicos, el príncipe...
--Si tanto te ha gustado, es tuyo.
--Pero, señor...
--Insisto.
--Gracias, se lo agradezco mucho.
Mira, ahí va es chico tan distinto
¿Quién sabe cuál es su interés?
En los sueños vivirá
Con sus libros siempre está
Un misterio para todos
Stiles es...Es tan hermoso como indica el nombre
De la cabeza hasta los pies
Sólo ve en su linda faz
Mas me temo que detrás
Diferente de nosotros es.
No es como todos los demás,
Muy diferente de nosotros es...Llegó a su casa y, cerrando la puerta en la cara de Theo Raeken, corrió hacia donde su padre; tenia una importante pregunta para hacerle.
--Hola papá.
--Hola, Stiles--saludó John, sonriendo a su hijo, sin quitar los ojos de su nuevo proyecto.
--Papa, ¿Crees que soy raro?
--No, ¿Por que piensas eso?--preguntó, alzando por primera vez la vista para ver a su hijo.
--La gente del pueblo dice eso.
--Stiles--comenzó su padre, buscando las herramientas que necesitaba--. Es un pueblo pequeño, con gente de mentalidad pequeña, no debes hacerles caso.
(..)
Stiles miró el castillo de lejos, el miedo latía inquietante en su pecho. Caminó con lentitud, pero al rato se enderezo, decidido, y camino con el ceño fruncido; quien quiera que sea que vive alli, habia secuestrado a su padre. Después de la muerte de su madre, Stiles se habia decidido a proteger a su padre hasta el final y lo haría ahora, incluso aunque fuese una situación de vida o muerte.
Abrió la gran puerta, sin siquiera tocar. El castillo era gigante y hermoso, con muebles lujos, aunque todo se encontraba cubierto por polvo.
--¿Hola?--preguntó--. ¿Hay alguien ahí?
--No más gente, no más gente--murmuró alguien, horrorizado. Stiles giró frenético, pero no vio a nadie--. Después de aquel hombre...
--¿¡Quién está ahí!?
--Nadie, no está nadie--susurró la voz, al parecer, pensado que Stiles no podía oírla.
--Cierra la boca, Isaac--surgió otra voz, femenina--. Quizá si piensa que no hay nadie, se vaya.
--Espero que se vaya, el amo nos matará si sabe que dejamos entrar a otro--respondió otra voz, esta vez, muerta de miedo.
--Puedo escucharlos, ¿saben?
--Les dije que cerraran la boca--dijo una cuarta voz.
Cinco chicos salieron de la oscuridad. Stiles retrocedió.
--¿Quiénes son?
--Lydia.
--Soy Scott.
--Isaac.
--Jackson.
--Allison.
--¿Quién eres tú?--preguntó el de rasgos latinos, desconfiado.
--Soy Stiles--respondió--y vengo a buscar a mi padre.
(...)