Capítulo 1- Te he extrañado...

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     Su cuerpo temblaba descontrolado mientras sus uñas largas se clavan en sus palmas, en un fracasado intento de controlar su cuerpo. El pulso alborotado alteraba mucho más su sistema nervioso. No podía creer lo que estaba viendo, Ithan estaba allí, en Puerto Rico, frente a ella. Mirándola con gesto de desasosiego.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Fue lo que pudo a penas pronunciar. El pulso del rubio estaba martillando sus venas, mientras sentía como su cuerpo anhelante, pedía a gritos cogerla entre sus brazos y estrecharla, pero cuando dio un paso adelante, ella retrocedió y del apartamento salió un chico de tez bronceada.

-Isa ¿Qué ocurre? –Los ojos del rubio se alzaron y de inmediato fueron clavados en las fisonomías del extraño. Ivan miró con el ceño fruncido al rubio imponente, que su amiga tenía enfrente.

     Rachell observó como el gesto de Ithan cambiaba como si de dos mascaras distintas se tratase. La máscara de desesperación cambió por una de interpelación. Su cejo se frunció, su mandíbula se tensó y su espalda se enderezó, ocasionando que su altura se notase mucho más. Tratando de intimidar.

-Regreso pronto, Iván. Todo está bien.

-¿Segura? –Miró el moreno desafiante, a Ithan. El rubio alzó una ceja irónicamente y se cruzó de brazos sin poder evitarlo ¿Qué se ha creído éste? Dijo dentro de sí.

-Si –Tragó la castaña saliva- Todo bien.

-Cualquier cosa, me pegas un grito –Rachell giró su rostro y fulminando a su amigo, que ni siquiera le dirigía la mirada, más que estudiar con ojos interrogantes al rubio, asintió. Iván se adentró una vez más en el apartamento y Rachell, tomando un inaudible suspiro, volvió sus ojos nublados al rubio.

Ithan la estudiaba con sus potentes ojos azules, brillando como dos luces de neón.

-¿Y bien?

-¿Y bien? –repitió sus palabras alzando las cejas sorprendido. No podía creer lo que estaba sucediendo. Tenían más de cinco meses sin verse, él aparecía y ahora ella lo recibía de aquella manera ¿Qué más le quedaba? ¿Enterarse que estaba saliendo con ese imbécil?

-Qué ¿Qué haces aquí?

-¿Es esta la manera de recibirme? –Preguntó descruzando sus brazos mientras la miraba a los ojos con fijeza. Rachell volvió a tragar grueso y apartando la mirada, encogió los hombros.

-Me has tomado por sorpresa.

-También me toma por sorpresa encontrarte con alguien más...-Zanjó él con desdén.

-No es lo que parece...

-¿No? Y ¿Cuál fue entonces su jugadita de protector?

-Ithan...no quiero comenzar una discusión.

-¿Crees que yo sí? –Casi gritó alzando las cejas. Bufó cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro- Pensé que habías muerto; desapareciste... ¿Crees que he venido a discutir? ¿En serio?

-Ithan yo...

-¡No! Ahora vas a escucharme... –Su rostro se estaba comenzando a poner rojo y a ella eso le infundió miedo- Has desaparecido...me han metido en prisión por tú desaparición; puesto que fui el último en verte, según decían en un comienzo. Luego me entero que estabas muerta y ¿Tú vienes y me recibes así? –Rió con sacasmo negando con la cabeza- ¿Sabes por todo lo que he pasado?

-¿Crees que eres el único que la ha pasado mal? –Alzó la voz ella cruzándose de brazos, mientras toda su fisonomía se estremecía por la adrenalina- ¡Tú me mentiste! ¡Estabas boxeando para mi padre! ¡Sabiendo muy bien lo que él hacía conmigo!

Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora