Todo mi cuerpo se siente pesado, no creo poder aguantar mi propio peso por más tiempo. La cabeza me da vueltas siento la necesidad de vomitar pero no tengo nada en el estómago.
El dolor del hambre es insoportable, tengo el cuerpo tan agotado que me siento desfallecer, ya no soy capaz de pensar con claridad. El hambre me está desgarrando, el cansancio matándome, el frío de la noche calando mis huesos.
Solo unos pasos más y podré llegar a ese callejón,solo mantente consiente Amelia,vamos, solo respira y aguanta unos pasos más.
Inhala,exhala....un paso
Inhala,exhala...dos pasos
Inhala, exhala... Tres pasos
Solo uno más ¡vamos! Solo uno y llegarás
Inhala, exhala, inhala, exhala... ¡Cuatro pasos!
Lentamente con la poquísima fuerza que me quedaba caí sobre el montón de papeles de cartón que había encontrado al lado del basurero del callejón. Cerré mis ojos esperando que al menos el cansancio, el frío y el mareo se vayan con las horas de sueño.
Cuando desperté el sol se encontraba en lo alto de la cuidad, regando el manto de calor sobre toda Empire City.
El frío se fue, ya no estoy tan cansada y el mareo disminuyó considerablemente,pero el hambre monstruoso que sentía,ese si que no se iba solo durmiendo.
Es cierto que ya había pasado hambre antes, pero jamás llegué a la altura de pasar 3 días sin probar alimento alguno. Con el agua al menos me las arreglaba, pero no es como si fuese muy agradable tener que beber agua del grifo del baño de una mugrosa cafetería, en dónde me colaba para cambiarme la ropa o lavarme al menos el rostro.
¿Hace cuánto tiempo no tomaba un baño? ¿No me cepillaba los dientes?
Tratando de reunir todas las fuerzas que podía me levanté, el sol estaba muy fuerte, parecían pasadas las 10 de la mañana. La vieja sudadera que apenas resguardada del frío se sentía ya caliente en mi piel, me la quité y retirando unos cartones de la pared coloqué la sudadera en un hoyo algo profundo que se encontraba en la gruesa pared de algún negocio.
En ese hoyo guardaba mi única muda de ropa, bendito sea ese hoyo, si no lo tuviera no sabría que hacer. Guardé la sudadera y volví a esconder mi hoyo.
Hoy tendría que conseguir comida, fuese como fuese. No voy a poder sobrevivir mucho tiempo si sigo así.
Tratando de acallar sin mucho éxito los sonidos de mi organismo hambriento caminé hacia el centro de la cuidad, tenía que comer, de cualquier modo posible, debía encontrar comida.
Comida... Comida...
Solo en eso pensaba, estaba desesperada, los rugidos de mi estómago me ensordecían. Llegué al súper de Empire City, gigante, enorme y lleno de gente saliendo y entrando. Los ojos se paseaban con rapidez entre las personas que salían del edificio con bolsas llenas de compras. Bolsas llenas de comida.
Comida... Comida... Necesito comer... Necesito comer...
Mis ojos captaron la presa perfecta: una joven rubia que caminaba a su auto sosteniendo un bebé muy pequeño con un brazo y tres bolsas con el logo del súper en el otro brazo. Tiene un bebé, será fácil, pensé mientras me acercaba lentamente.
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La venganza (Pearlmethyst)
Fiksi PenggemarAmelia Cuarzo, humildemente nacida en un barrio pobre sufrió toda la vida maltratada por una familia rica ,la familia Diamond, que siempre la humilló, y terminó por separla de lo que más ama, su familia. Pero gracias a su gran talento y la ayuda de...