Capítulo 2- Necesito tiempo.

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      Sus respiraciones agitadas se mesclaron y pronto Ithan se encontraba acariciando el cuerpo de la castaña con desesperación y anhelo. No obstante, Rachell no hacía lo mismo. No podía negar que había extrañado sus besos; cercanías, su olor o su tacto, pero su mente reproducía aquella escena fatídica en donde fue abusada por su padrastro.

     De pronto sentía la boca de Reynolds en su nuca, las manos ásperas y feas en su cuerpo, en lugar de la boca y manos de Ithan en el lugar. Abrió los ojos atemorizada y con un leve empujón se separó de él. Lo miró con los ojos comenzando a llenársele de lágrimas, mientras respiraba por la boca y se alejaba retrocediendo con lentitud. Ithan tragó grueso, intentando contener su propia respiración y la observó.

-¿Qué sucede?

-Yo...-Negó con la cabeza observando sus ojos azules brillando- Necesito tiempo...-Ithan al ver la reacción de su cuerpo y como su semblante parecía entrando en pánico, lo comprendió.

-Entiendo, no quiero presionarte.

-Sé que ya ha pasado un tiempo...pero...

-Está bien, Rach...no necesito que me expliques. Entiendo perfectamente, yo...yo te esperaré el tiempo que sea necesario –Ella mordió su labio inferior asintiendo y luego de un silencio incómodo, preguntó:

-¿Tienes donde quedarte?

-Sí, mi tío vive a veinte minutos. En el centro ¿Quieres que me vaya?

-Necesito descansar, mañana debo trabajar temprano –El rubio asintió, sintiéndose rechazado y pasándose una mano por su cabello largo, se giró.

-Bien, creo que mañana debo conseguir empleo también ¿Nos vemos luego?

-Sí, nos vemos...

-Vale...-Volvió a girar cuando estuvo en la puerta y la observó. No supo que decir o que hacer, así que con un simple "Buenas noches" se despidió y salió de su pequeño apartamento.

     Condujo el auto que le había prestado su tío de la empresa, para desplazarse mientras estuviese sin trabajo. En la estéreo que se reprodicía por la radio se escuchaba; Culpable de David Bisbal, Ithan miró el equipo reproductor con ojos fulminantes y con un leve golpe en el botón de cambio, anunció:

-Cantas genial, pero no necesito cortarme las venas con tus canciones ahora...

     Estacionó fuera de la casona, que justamente quedaba a unos pocos metros de la playa, en San Juan, en la capital de puerto rico, y donde Samuel Collins tenía grandes adquisiciones en dicho país, como su hogar principal frente a la playa, su empresa y sede principal, específicamente en Santurce, una de las zonas más pudientes de la capital. El rubio estacionó, y miró la imponente casa de tres plantas en color blanco, frente a él. Apagó el motor y luego de dar un largo suspiro bajó. Se encaminó por el camino a la entrada, subió las escaleras del porche, posteriormente abrió la puerta y se adentró; inundándose con una suave música clásica que llenaba la estancia.

-¿Tío?

-¡Hola! ¡Estoy en el salón!

Ithan se adentró en el mismo y se lo encontró con una copa de vino en la mano, los lentes de montura puestos y un libro abierto, en su otra mano.

-¿Cómo ha ido todo? –Preguntó el mayor quitándose los lentes de montura y cerrando el libro. El rubio se dejó caer en el sofá de cuero en forma de L, apoyó la cabeza en el espaldar y cerró los ojos llevándose ambas manos al rostro. Samuel lo observó con atención al ver su gesto.

-¿Todo bien?

-Ha ido de mierda...

-Oh...-alzó las cejas sorprendido. El de ojos verdes se levantó del sofá individual junto a la chimenea y fue en busca de una copa para servirle a su sobrino- ¿Qué ha ocurrido? –Ithan se destapó el rostro y con gesto cansado miró a su tío, agradeció la copa que éste le tendió y dando un sorbo, contestó:

Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora