Sexta prueba: Revelación. (Parte II) ∆FINAL∆

1K 52 51
                                    


Solté la taza de porcelana por accidente ya que mis dedos temblaban bastante. El té se derramó en la alfombra y ahora esta tenía varios pedazos de porcelana sobre ella. No me disculpé, solo atiné a bajar la vista a mis pies sin nada que decir.

Priettillo mantenía sus orbes grises sobre mí, no despegaba su vista ni un segundo. Tragué duro... no sé si estoy listo para algo como esto de nuevo... Mi abuela no lo sabe, ni Nando ni mi nana. Pero... Es la única manera en la que puedo volver a tener contacto con mis amigos.
No necesito el diamante, claro está. No soy lo suficientemente egoísta como para otorgar más preocupaciones a mi familia, porque eso es lo que son, y si están felices siendo fantasmas... Si ella es feliz así, puedo con eso.

Pero...

La tentación me domina poco a poco.

Sinceramente, esto de ser siempre el "elegido" me está agotando, pero algo me impulsa a seguir y descubrir qué es lo que en realidad pasa. ¿Por qué yo debería tener algo tan poderoso en mi control si solo soy un niño? Uno normal claro que no, eso lo sé... Pero esto es más de lo que puedo cargar sobre mi espalda. 

Conecté mi vista con la del europeo, sereno, seguro de lo que diría.

— ...No puedo aceptar eso, lo siento.— Suspiré.—Ya me he alejado de lo sobrenatural por las malas, y no quiero hacerlo por las peores. Quisiera aceptar solo el amuleto que usted lleva en el cuello, pero creo que no sería justo, así que... Bueno, ya sabe mi decisión. —Dije tratando de que mi voz no sonara tan quebrada. Priettillo movió los labios un par de veces, pero nada salió de ellos.

—Hum... Mira, chico. Entiendo que esto es algo muy difícil de procesar, hasta para mí lo es; nunca pensé que un niño fuera el destino que los dioses escogieron para las piedras. —Habló llevando un brazo a su nuca, su tono de voz resaltaba incomodidad.— Yo no te las daría si no supiera que su lugar es contigo...

Se detuvo por unos pocos segundos, carraspeó y continuó.

—Pero, dime... —Nuevamente, pareció pensar bien sus palabras. Estaba comenzado a ponerme nervioso.— En verdad...

¿No te gustaría volver a ver a aquella niña? La de los bonitos ojos esmeralda.

Bonitos ojos esmeralda.
.
.
.

Algo dentro de mí explotó completamente.
Tristeza, arrepentimiento, miedo, emoción, coraje, odio.
Aquella tormenta de emociones creció, convirtiéndose en un huracán. El barco que mi compostura dirigía fue tragado por gigantes olas, hundiéndose hasta el fondo del mar. Quise hablar de inmediato, pero palabras incoherentes era lo único que soltaba.

—¡Usted...! ¡Usted no meta a Xóchitl en esto! —Grité con todas mis fuerzas, tanto que juraría sentir que mi garganta se desgarraba poco a poco. Golpeé la mesita de cristal del centro de la sala con rudeza, tirando la tetera que ahí se encontraba.— ¡Claro que me gustaría, es lo que más deseo! ¡Verla a ella y a mi familia...! Yo... ¡Ellos se arriesgaron por mí! dieron todo para que yo pudiera retomar la vida que llevaba, una sin peligros ni cosas terroríficas. Si yo hago algo como eso... Sus esfuerzos habrán sido en vano. Sea como sea, la maldad siempre estará tras de mí, a pesar de que esto no parezca algo que implique demasiados riesgos. Y ellos quieren protegerme.

Mis labios estaban sangrando, ya que los había mordido con fuerza de más. Solté un suspiro, derrotado, cansado. Solo quiero... Yo... Ni siquiera sé que quiero exactamente.
No quiero ser egoísta, no quiero decepcionar a nadie. Pero... No puedo evitarlo, no soy tan fuerte.

Todo lo que pasé nunca me preparó para algo como esto. Ahora la situación no es derrotar a un espíritu, o acabar con un ritual antiguo y "demoniaco". Aquí estoy luchando contra mí mismo, contra mis ideas, mis deseos. Yo soy el peor enemigo que he enfrentado. Y no sé si pueda ganar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Serie De Pruebas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora