Todo Cambió.

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Me siento en el primer banco que veo que está vacío, a esperas de que el tren aparezca.

Miro al cielo y observo un bonito color azul, un típico día de primavera. En estos instantes lo único que pasa por mi mente es tu imagen, bueno, como no voy a estar pensando en tí si ésta es la estación de tren en la que siempre nos encontramos.

Recuerdo que te conocí a principios de año, hace ya un tiempo, teniendo en cuenta que ya es primavera. 

Ese día tenía mi mente hecha un lío pensando en las cosas que tendría que hacer cuando llegase a Granada. Sí, estudiaba allí, y como había pasado las vacaciones de navidad, no había vuelto a ir, por lo que cuando llegase me tendría que poner a limpiar, ir a comprar...

Una voz de una mujer me sacó de todos estos pensamientos, diciendo que el tren en unos minutos estaría aquí. No me había dado cuenta de que en todo este tiempo que pasó había llegado más gente. Me dí cuenta de que había un chico vuelto de espaldas, tenía curiosidad por ver si era guapo o si sería de mi misma edad, teniendo en cuenta de que la mayoría de personas que estaban a mi alrededor eran mucho más mayores que yo. 

Con la suerte o desgracia de que se le cayeran los auriculares puede ver su rostro. Mi imaginación no me había fallado, era muy guapo, de hecho mucho más de lo que esperaba. Sería un trayecto bastante agradable.

Me dí cuenta de que te dirigías al mismo destino que yo, Granada. Una vez llegué, cogí mi maleta y me dirigí hacía la salida, todo esto sin querer perderte de vista, claro está. Pero por lo que parecía tu te dirigías por otra calle a la que yo tenía que coger para llegar a mi  piso. Que fracaso... Mi golpe de suerte había cambiado...aunque, esto solo era el principio.

Las semanas iban pasando y lo que no me esperaba es que fueses siendo cada vez más familiar. Esto se debía a que la mayoría de los viernes nos encontrábamos de vuelta a Antequera, exceptuando algunas semanas que me quedaba estudiando. Y cuando pasaba el fin de semana y teníamos que volver, también estabas allí.

Una gran parte del tiempo del viaje, te observaba. Gracias a Dios, siempre coincidíamos en el mismo bagón. Tu caracter parecía ser misterioso, seguro, simpático, agradable... Dejando a un lado el físico, porque como ya dije, era y es un chico 10.

Para nada me esperaba que con el paso del tiempo me fueses a empezar a gustar. Esto no es como algún chico de tu clase que te va atrayendo más según pasa el curso hasta que al final asumes que definitivamente te gusta. Pero es que hay una gran diferencia, porque con un compañero de clase si puedes hablar de lo que sea, pero...¿Cómo voy a empezar una conversación con el chico del tren? Sí, mi imaginación no daba para mucho y el dí ese nombre.

Tengo que reconocer que los dos sabíamos quiénes eramos y que nos dedicábamos una sonrisa y de vez en cuando un "!Hola!", cosa que en el fondo me alegraba.

Hasta que llegó el día. Ya estaba harta de esperar. Esa tarde estaba dispuesta a hablar con él, y si la cosa se ponía tensa, podría volver a mi asiento. 

Parece que la suerte estaba de mi lado y me tocó al lado del pasillo, lo que me dejaba más libertad para poder salir, ya que a mi lado tenía a una mujer de algo más de cuarenta años. Entonces miré hacia delante a esperas de que no tuvieses nadie a tu lado y gracias a Dios no había nadie en el otro asiento. Esperé a que el revisor pasara a mirar los billetes y se fuera. Una vez pasados unos quince minutos o así, me levanté.

Me dirigí hacia su asiento, me quedé parada unos instantes hasta que se fijó en que estaba allí. Me sonrió y yo le sonreí de vuelta. Le pregunté si me podía sentar con él, por un momento se quedó pensando. Y en mi mente solo rondaba una palabra: MIERDA MIERDA MIERDA. Pero enseguida reaccionó y me dijo que por supuesto. Sentí la alegría recorrer mi cuerpo. Agradecida, tome asiento. Nos presentemos, y estuvimos hablando sobre la universidad, los exámenes, los estudios y como no, el tema por excelencia, que siempre coincidimos pero nunca antes nos hemos atrevido a hablar uno con el otro.

Cuando el tren llegó a Granada recogimos las maletas y fuimos todo el camino juntos hasta que nos tuvimos que separar. Él me dijo que se quedaba en una residencia, y yo sin embargo en un piso.

JESÚS, lo que no me esperaba es lo que iba a pasar a continuación. ¡Me ofreció su número de móvil!. Por si necesitaba algo o tal vez para quedar algún día o ir al cine... Encantada lo acepté y nos despedimos.

Definitivamente si que me gustaba. Madre mía, casi me da un ataque de camino a mi piso, mientras recordaba que estuve con el todo ese tiempo. Y es que si ya me atraía cuando no sabía ni su nombre, imaginaos ahora que había podído hablar con él. 

Pues bien, todo lo que rondaba en mi cabeza en ese momento era la letra de una canción: "Tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo".

¿Sabéis que fue lo mejor de todo...? Pues bien, los día iban pasando y hablabamos cada vez más a menudo, a parte de las veces que quedabamos para dar una vuelta por el centro de Granada o lo que fuera. 

Ese mes se me pasó volando y llegué a la conclusión de que estaba completamente enamorada de tí. Lo peor es que no sabía si el sentimiento era mútuo, porque a veces daba la sensación de que sí y otras que no. Aunque todos estos pensamientos cambiaron.

Íbamos de camino hacia un parque para descansar un poco después de haber estado de compras toda la tarde, yo te notaba super nervioso, y no sabía a que se debía entonces te pregunté por qué estabas así, tal vez  te tenías que ir y no querías decirmelo, pero me dijo que no era nada de eso, le volví a preguntar y me dijo lo siguiente:

______ yo llevo unas semanas pensando y te quería decir lo mucho que me gustas. Eres una de las chicas con las que más agusto estoy. Eres divertida, atenta, dulce, atrevida, inteligente... Y todo este tiempo que hemos estado quedando me he dado cuenta de que me gustas de verdad, y solo espero que sea correpondido, asi que...¿Qué me dices? 

¿Podía ser ese momento más perfecto?

Sin pensarmelo dos veces le dije que sí, me avalancé a él y le dí un beso. Ese beso que tanto tiempo llevaba esperando.

Desde ese momento, todo cambió, porque desde un principio... Todo cambió cuando de ví.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2014 ⏰

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