Prólogo
-Maddie, Maddie, ¡despierta!- trato de alcanzar su cuerpo pero no puedo, siento cada extremidad como una masa de plomo. Me arrastro pero no logro mucho. Grito su nombre incontables veces pero no responde y entremedio de mi estupor siento que lo peor le puede haber pasado. Reúno fuerzas y me agarro de un mueble que hay a mi lado, doy dos pasos y caigo nuevamente. La desesperación empieza a llenar mis venas, como un frío que corroe hasta el inicio de mis huesos y me impide moverme aún más. Vuelvo a arrastrarme y logro ver su cuerpo. Se ve como si estuviera durmiendo, a excepción de la mancha roja en su camiseta. Al tratar de levantarme por tercera vez miro mis manos y lo que han dejado caer; un cuchillo con sangre. Y es ahí cuando me doy cuenta de dos cosas: Maddie está muerta. Yo la maté.
Hola. Vengo trabajando en esta historia hace mucho y creo que por fin me decidí a publicarla. Es la primera pero he puesto demasiada dedicación en que sea de calidad así que espero que les guste.