Parte única

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Las noches calurosas y eternas de verano habían terminado para dejar paso a la brisa fresca y añorada de otoño en Seúl. Se había terminado aquel calor húmedo horrible que hacía que la ropa se pegase al cuerpo y se podía volver a caminar durante horas sin temor a terminar empapado en sudor. Además, las hojas secas adornaban el suelo y eso sólo mejoraba el panorama. Aquel era, sin dudarlo, uno de los mejores momentos del año.

Y Hoseok lo sabía.

Aunque su vida no fuera la mejor en ese momento, o incluso si era una mierda, decidió darse la oportunidad de olvidarse de todo y ser feliz, aunque fuera sólo esa noche. Había decidido escapar de la realidad por unas horas y se lo iba a permitir, ya cargaba con suficientes cosas siempre soportando la carga de todo él sólo, pero no aquella noche.

Aquella noche Hoseok había escapado de sus compromisos, había puesto excusas, había apagado su móvil y se había dirigido a la otra punta de la ciudad, donde nadie que le conociera pudiera encontrarle. Para él, cualquier cosa era posible en ese momento, le daría la oportunidad a cualquier cosa que le hiciera ser capaz de volver a sentir algo, aunque sólo fuera por un rato, aunque sólo fuera un paréntesis en la gran obra de teatro de mierda en la que se había convertido su vida, aunque sólo fuera para volver a ser real por unas horas.

Fue con todas esas emociones y con toda esa determinación con lo que Hoseok llegó aquella noche a aquel sitio. En cuanto entró a aquel bar, no pudo evitarlo, intentó buscar alguna cara conocida, recordando después que eso no era lo que había venido a hacer. Suspiró y, sonrió, sintiéndose libre después de mucho tiempo al recordar que allí nadie le pediría explicaciones, ni le haría preguntas, ni le pondría en situaciones incómodas o compromisos innecesarios. Y así fue como terminó sentado en la barra del bar y pidió una cerveza.

Era la primera vez en su vida que se sentaba a beber solo en la barra de un bar. ¿Era eso patético? Porque no era así como él lo sentía. Estaba siendo una experiencia... Interesante. Decidió inspeccionar el lugar mientras daba tragos a la bebida. Observó a algunos de los grupos de amigos que discutían sobre el origen del universo (o eso parecía por lo intensos que se veían al hablar), otros que se contaban confidencias entre risitas, parejas que se querían y personas que parecían empezar a quererse. Era bonito ver la vida de otras personas desde fuera. Hoseok se preguntó, por un momento, de qué estarían hablando aquellos amigos, cómo serían sus vidas... Cuando alguien le llamó la atención.

Había visto a algunas personas bailando durante el rato que llevaba allí sentado bebiendo, claro. Ya habían pasado unas dos cervezas y media cuando, paseando la vista por la pista de baile, le había visto. Un chico con el pelo anaranjado bailaba solo en medio de la pista con los ojos cerrados y una sonrisa de tranquilidad y diversión dibujada en su cara. Hoseok se quedó unos minutos observándole y empezó a sonreír de forma inconsciente. ¿De verdad aquel chico también estaba solo allí? Porque en dos canciones no le había visto interactuar con nadie. Quizás él también se animaría a bailar porque viéndole parecía la experiencia más liberadora del mundo y era justo eso lo que Hoseok más ansiaba encontrar esa noche: la libertad.

La canción que estaba sonando terminó y el chico de pelo naranja paró de bailar para dirigirse a la barra. Hoseok había desviado la mirada justo antes para evitar que se diera cuenta de que le había estado observando. El chico se paró justo a su lado e intentó llamar la atención del camarero.

- ¡Hola! ¡Perdona! - Aquel chico le dirigió una sonrisa al camarero que Hoseok podía jurar que era digna de portada de revista, normal que enseguida le atendieran. - ¿Me pones una cerveza? ¡Gracias!

Vaya, parecía un chico encantador. Hoseok se había perdido en sus pensamientos cuando la mirada de aquel chico se encontró con la suya, hecho que le hizo volver a la realidad de repente, haciendo también que diera un pequeño bote nervioso en el taburete en el que estaba sentado. Aunque el local no tuviera una iluminación perfecta, cuando aquel chico le dirigió una sonrisa él no pudo evitar sentirse algo deslumbrado y tampoco pudo evitar corresponder el gesto dedicándole una sonrisa de vuelta.

There's A Light (That Never Goes Out) [JiHope/Hopemin. One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora