Dulces sueños

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El sueño, una palabra tan sencilla para representar algo tan importante, después de todo ¿Qué seríamos sin el sueño? Y no me refiero sólo al sentido abstracto, biológicamente nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan descansar para poder funcionar.

Una persona necesita entre siete y nueve horas de sueño continuo y profundo para poder restaurarse y en promedio el ser humano sólo resiste once días sin dormir, el sueño es tan vital como el agua y el alimento, así como un buen descanso es uno de los pilares para una buena salud.

Pero ¿Qué pasa cuando se nos priva de este medio tan imprescindible? Nada bueno. Hoy en día los problemas para dormir y trastornos del sueño son considerados problemas a nivel global, que a diario dificultan la vida de muchas personas, ya que atentan contra la integridad física y mental.

Sólo imagínalo, no poder dormir o peor aún, tener miedo de hacerlo como es el caso de Eric. Eric era una persona ordinaria como tú o como cualquier otra que viva en este mundo, tenía un trabajo estable, amigos, familia, era soltero pero eso no le afectaba o agobiaba, vivía bien excepto por un pequeño detalle, no podía dormir, y no, no es el típico insomnio por estrés ni el "mi cama no es nada cómoda" la razón por la cual no podía conciliar el sueño es porque nada en este mundo le aterraba más que ir a dormir, podría decirse que tenía una severa somnofobia. Déjame contarte cómo empezó esta pesadilla despierta.

Todo comenzó una noche cualquiera, después de un día agotador Eric cayó como tronco en su cama, en su sueño todo era normal, las típicas fantasías y anhelos de cualquier humano, hasta que de la nada vio como surgía una nube de sombras, amorfa y definitivamente hostil. El mundo a su alrededor se vio sumido en una oscuridad tan aterradora como ardiente es el fuego; la nube poco a poco se acercaba a Eric, mientras el pobre era incapaz de reaccionar y justo cuando las sombras estuvieron a punto de atraparlo despertó empapado en sudor y con la respiración agitada, todo había sido una pesadilla. Lo dejó pasar, después de todo ¿Quién no ha tenido pesadillas alguna vez? No era nada raro, el pobre estaba muy atareado y el estrés seguro le había hecho una mala jugada con su mente, solo era una mala noche y mañana todo estaría bien... ¡Pobre Eric! ¡Pobre inocente y desafortunado Eric!

Las pesadillas no se detuvieron, cada noche tenía una nueva siempre más aterradora que la anterior y en todas podía ver a ese ser, esa masa de sombras que por algún motivo iba tras él, sus horas de sueño empezaron a reducirse y el desgaste por el cansancio no fue pasado por alto por sus seres queridos. Eric se excusaba diciendo que sólo estaba algo estresado, se negaba a buscar ayuda "Ya pasará" pero las cosas sólo empeoraron.

Con el tiempo, las pesadillas pasaron de ser simples sueños a experiencias tan vívidas y reales que aún después de levantarse, Eric se preguntaba si realmente se había despertado, llegó un punto en el que las pesadillas eran tan atemorizantes y lúcidas que dormir le provocaba una ansiedad agobiante.

A sus períodos de horribles ensueños llegaron tiempos de insomnio, y a estos les seguía una relativa calma donde su sueño era tan ligero que al más leve sonido despertaba sin poder dormir de nuevo, todo era un ciclo que parecía jugar con su mente. Pero Eric era fuerte y por desgracia muy terco, aún se negaba a buscar ayuda, "Estas cosas le pasan a cualquiera" pero algo estaba mal y sólo lo aceptó cuando llegó lo peor.

Su ciclo estaba por llegar a la etapa de calma cuando algo cambió, esta vez Eric durmió mejor, en comparación a otros días, y en sus sueños no había ningún ser de sombras que lo acechara o cualquier otra cosa que le infundiera miedo, se sentía tan apacible, es una lástima que eso no fuera más que una cruel pantalla para lo que venía.

Toda esa paz y bienestar se apagaron al momento en que abrió los ojos y se dio cuenta de que no podía moverse, estaba completamente paralizado, ni siquiera pudo gritar o llorar cuando vio que las horribles visiones que lo acosaban en sueños cobraban vida e iban por él, destacando siempre la entidad oscura que se acercaba cada vez más, así es, Eric era víctima de la temible parálisis del sueño, de la incapacidad momentánea de moverse, de hablar al dormirse o siquiera de levantarse, entonces fue cuando el temido ser estuvo a tan sólo un metro de él que recobró la movilidad y todas las visiones desaparecieron.

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