Ah, cuanto odiaba a su novio, Stanley Marsh, odiaba su bello rostro, sus azules ojos que parecían dos zafiros, sus palidos labios que eran realmente suaves, su somnolienta voz diciéndole buenos días en la mañana, o cuando le susurraba un "te quiero, Kyle" tan lentamente y lleno de amor, o cuando sus grandes manos tocaban las suyas y las entrelazaba, y como olvidar sus fuertes brazos abrazándolo tan firmemente haciendolo sentir realmente seguro.
Y sobre todo odiaba la forma en que Stan lo besaba, no entendía porque Wendy terminó con el siendo tan buen besador, ¡cuanto odiaba sus labios! Eran irresistibles para el, siempre se los humedecia con su lengua inconscientemente o se los mordía cuando me quitaba la ropa lentamente antes de hacer el amor toda la noche.
Esos eran los pensamientos de el pelirrojo llamado Kyle Broflovski.
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Una pareja estaba en el cuarto de el mayor, ambos sentados en su cama, viendo una película cualquiera, estaban en silencio, una mirando la nada haciendo un leve puchero con un sonrojo en su rostro, mientras el otro observandolo disimuladamente sin saber que pensaba.
— ¿Qué pasa, amor? Llevas pensando un largo rato — La voz de Stan se escuchó en un susurro hacia su pelirrojo novio, el cual estaba con su cabeza recargada en el hombro del más alto, mientras que el pelinegro tenia uno de sus brazos abrazando los hombros de su novio, acercandolo lo mas que podía hacia a el.
— No pasa nada, idiota — Fue la respuesta de el más pequeño, el cual se habia sonrojado levemente cuando Stan comenzó a observarlo fijamente, solo se cruzó de brazos y desvío la mirada, cuanto odiaba la forma en que Stan lo miraba, esa mirada llena de amor con un brillo especial, provocaba que su corazón estuviera por estallar.
Stan solo se quedo callado, sabia que su novio no era alguien muy romántico, pero también sabia que su pelirrojo lo amaba tan profundamente como el lo hacía.
— Kyle — Kyle lo observó alzando una ceja, Stan pronunció su nombre de una forma seria, asustandolo levemente al pensar que se había enojado por algo, pero solo demostro indiferencia. — Te amo.
Los colores se le subieron a la cara de el más pequeño, este solo lo golpeó fuertemente y se apartó rápidamente de el, alejándose lo mas que podía, su corazon latía realmente rápido por esas tontas palabras. — Oh, v-vete a la mierda Stan Marsh.
Stan sonrió divertido, se acercó gateando hacia el pelirrojo y lo tomo de la barbilla, acercando sus rostros, Kyle solo lo observaba con sus grandes y bellos ojos esmeraldas expectantes a lo que haría su novio, el pelinegro le sonrió y lo besó apasionadamente, el pelirrojo se apresuro a corresponder con la misma intensidad, cerrando los ojos y sonrojandose totalmente.
Mierda, en serio cuanto odiaba a Stanley Marsh y sus besos tan malditamente adictivos.