Capítulo 37

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***Elsa***

Ya habían pasado dos semanas después de decirle a Anna y a Merida sobre mi embarazo, ahora estaba de frente a ese castaño amigo de Jackson, que antes dudaba en decirle la noticia y ahora decidida se lo había comunicado.

-No – Dijo Hiccup con media sonrisa sin creerlo – Nunca me he imaginado a Jack como padre y si lo hacía decía que sería un asco.

Abro la boca dudosa de su comentario pero el de nuevo me habla.

-No, no, pero lo opinaba varios años atrás, será un buen padre –Dijo con un rostro aun pensativo en la situación del peliblanco - ¿Y cuánto llevas?

-El mismo tiempo que Jack ha estado hospitalizado –Digo tomando asiento en un silla frente al cristal de la celda – 2 meses.

-La próxima semana serán 3 –Comenta Hiccup. Ambos sentíamos la tristeza del otro – Ahora entiendo por qué no volvieron aquella noche.

Su comentario logra hacerme reír levemente.

-Créeme que no lo teníamos planeado.

-Yo.... – Hiccup murmuró mirando sus manos desde al pie de la cama de su celda – Lamento haberte hecho daño, tenía que llevarte con Jack pero, una: me caías mal......

-Gracias, creo que esa siempre es mi primera impresión – Digo con sarcasmo.

-Perdón – Ríe Hiccup – Y dos: me dejé llevar mucho por el odio hacia Guardianes, no tenías que ver con ellos del todo.

-No, ya no.

Cuando lo pronunció recuerdo a Tadashi, tenía relación con él y por lo tanto tenía relación con Guardianes.

-Elsa – Hiccup habla firme, de manera que tenga toda mi atención en él – He estado hablando con Merida, y está hablando con Norte y Aster para que me liberen, claro, con un precio, y cuando esté libre, prometo apoyarte en todo si Jack sigue dormido.

-Hiccup no tienes porque......

-Si tengo. Eres la futura madre del hijo de mi mejor amigo, no voy a dejar que algo malo te pase.

-Te lo agradezco.

Después entra Merida con dos cafés y una sonrisa tan natural y tierna de ella.

-No soy del todo experto pero ..... –Dijo Hiccup cuando Mer se puso a un lado mío – ¿No se supone que no se puede beber café en un embarazo?

-No es para mí –Comento sonriendo.

-Es para ti –Dice y por la ventanilla de alimentos coloca con cuidado el vaso.

-Ey, gracias –Hiccup le sonríe de lado, una sonrisa tan honesta.

Ahora que sé lo que pasó entre él y Merida son más notorios las sonrisas que se dan y las miradas.

-Por cierto, eso no es todo –Dice y con la mano libre toma de su bolso tejido marrón, el peluche.

Hiccup lo toma con ambas manos dejando el café de un lado, levanta la mirada y le mira sospechoso.

-¿Entraste a mi habitación?

-No vi algo fuera del otro mundo –Dijo encogida de hombros – Creí que sería bueno que lo tuvieras.

-Gracias – Dice mirando de nuevo al peluche – Al menos Chimuelo no está encerrado.

-Pronto, Haddock, pronto.

-Ya debo irme –Comento – Mi hermana pasará por mí en unos minutos.

-Yo me quedaré otro rato – Comenta Mer tomando asiento en la silla donde o estaba.

Salgo a los pasillos y me dirijo al piso de Bay, en su oficina.

Minutos después de caminar, me encuentro con él hablando con un joven sentado en su silla.

-Oh perdona, creí que estaba solo.

-Eh no te preocupes –Dice Bay.

El niño se gira y es Hiro, el hermano menor de Tadashi. En un reflejo aparto la mirada de la suya, me giro para retirarme pero me llama.

-No, ya me iba – Dice poniéndose en pie – Gracias Bay – Dice y choca el puño con él.

Camina decaído a la salida sin mirarme.

-Entra – Dice y obedezco – Viene a hablar después de lo que pasó con Tadashi.

-Está bien – Digo mirando el pasillo por donde desaparece.

Después de estar con Bay, me hace la cita en unos días para la siguiente radiografía del tercer mes.

-Estás en buen estado, tú y el bebé.

-Gracias – Digo acariciando mi vientre aun plano.

-Hoy Rapunzel logró curar el cuerpo de Jack –Dice pausado, pensativo.

Siento una emoción y alegría cuanto pronuncia esas palabras.

-¿En serio? ¿Ya está bien?

-Si, pero sigue sin despertar.

-¿Eh? O sea que

-O sea que llevamos ya un gran avance, su cuerpo está curado, pero el continua dormido. Depende de Jack.

Libero un aire entre mis labios mirando al suelo, le agradezco por la cita y me retiro cuando Anna me llama para regresar a casa.

Estando en el sofá, me recuesto por un rato en el tiempo que Anna se dedica a cocinar su pastel de chocolate, no venía sola, venía con Kristoff.

Siento los párpados tan pesados que decido cerrar los ojos. Tomar una siesta acompañado de un sueño.

Estaba ahí, en medio del pasillo del hospital, todo oscuro con muy pocas luces funcionando. Miré de un lado a otro y la única luz blanca que resplandecía era en la habitación de Jack, sabía que esa era su habitación.

Avanzo hacia el lugar, para entrar y verlo recostado, aún dormido. Me acerco y con cada paso que doy pareciera estar caminando entre arena.

Llego hasta él para poner una mano en su mejilla.

-Estás mucho mejor – Murmuro – Pronto despertarás.

Y en cuanto dije esas palabras, Jack abrió sus ojos, pero no eran azules, ni siquiera tenía pupilas, todo su ojo estaba rellenado de un color ámbar brillante.

En un reflejo me aparte unos pasos atrás asustado, sentía una sombra llegar desde la puerta por lo que giro para averiguarlo.

Se trataba de un caballo negro, al verme se dio vuelta para comenzar a trotar. Yo le sigo apresurada y veo como desaparece entre la sombra negra del final del pasillo.

Me giro de nuevo para mirar al peliblanco y ya no se encontraba, no había nadie ahí. Sólo yo y el deseo de despertar.

Abrí mis ojos alterada. Me senté veloz tratando de recuperar aire.

-¿Esla? ¿Estás bien? – Escucho a Kris del otro lado de la sala.

-Lo estoy – Pero no era así, necesitaba llegar a Jackson ahora – ¡Anna! Llama a Merida.

Me puse en pie y tomé mi chamarra junto a las llaves del auto de mi hermana.

-No tengo su teléfono ¿Qué pasa?

-Llámala del mío, está en mi bolso – Dije abriendo la puerta.

-¡Elsa! – La oigo pero cierro la puerta para dirigirme al auto.

Dentro enciendo el motor al mismo tiempo que Anna de nuevo me grita.

-¡Elsa! ¿Qué pasa?

-Dile a Mer que llegue al hospital armada, la esperaré en la habitación de Jack.

Sin decir más arranco el auto para llegar lo más pronto posible, logró saltar dos señales rojas de alto, ágilmente conduzco para llegar pronto.

Entonces aparece el edificio, entre el cielo que comienza a oscurecer. Estaciono como pueda el auto y bajo casi corriendo hacia el lugar. 

Atraída Por El Enemigo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora