Capítulo 14: Citas.

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Thomas estaba demasiado cansado, esa noche había sido demasiado excitante para su criterio. En primer lugar, todas las personas con las que tuvo algo estaban presentes en la misma habitación sin saber que estuvo con ellos, claramente hablaba de Isabella, Dylan, Tristán y Teresa. Ese día había discutido con su esposa, se reencontró con su antiguo amante el cual le había confesado que lo amaba hace seis años, estaba evitando a la sirvienta con la que se acuesta desde hace años, estaba Elliot el cual no dejaba de irritarle y acercarse a Dyl. Ay Dyl, ese muchacho no dejaba de sorprenderlo, le encantaba, necesitaba pasar tiempo con él, y de pronto recordó que necesitaba enseñarle muchas cosas a Dylan sobre como gobernar un país entero, como comportarse, conocer a todos los empleados, conocer algunas reglas y un sin fin de cosas, esa era su excusa perfecta para estar con él todo el día, además, de esa forma podría evitar que Dylan y Elliot se encuentren en el palacio. ¡Maldito Dylan chantajeador!, ahora gracias a él tendría que cuidarlo de ese niño bonito, si, estaba celoso de Elliot. Sabía que era cobarde huir de la fiesta a su recamara, pero quería ahorrarse alguna discusión, no estaba acostumbrado a ver a sus parejas, exparejas y amantes juntos. Y ahora tendría que hacerlo con la presencia y estadía de los cuatro en el palacio, solo esperaba que esto no le afectara a su hija.

Thomas se giró aún dormido en la extensa cama, soltó un gemido de dolor pues su cuello dolía, abrió uno de sus ojos y miro la hora en el reloj grande que se encontraba en la mesa de noche; 11:41 am, demonios pensó el rubio, era tarde con razón su cuello dolía, solía despertarse siempre a las 8:00 am, nunca había dormido casi 12 horas. Se levanto con toda la pereza del mundo, tomo una ducha de agua caliente, se vistió con un pants de franela gris y una camisa blanca; hoy era domingo lo cual significaba que haría ejercicio toda la tarde, bajó al comedor y ahí se encontraban Dylan, Tristán y Brenda desayunando y platicando animosamente.

- ¡Qué no es mi novio! -grito la princesa fingiendo molestia.

-Ya Dylan, déjala en paz. -la apoyo Tristán.

-Está bien, pero debiste haberlos visto. -termino de molestar el castaño soltando una risa.

-Buenos días. -los interrumpió el rey tomando asiento en su silla.

-Buenos días papá. -dijo animadamente la niña.

-Buen día Thomas. -prosiguió Tristán.

-Por fin despertaste papá, pensamos que no lo harías nunca. -dijo Dylan, claramente usaba esa palabra para molestarlo, ya lo castigaría después.

- ¿Dónde están Aster e Isabella? -preguntó el rey mientras se servía algo de jugo de naranja.

-Aster ha ido al centro, Isabella no dijo nada solo termino su desayuno y se fue. -contestó Tristán terminando con una sonrisa.

-Por cierto, papá, le he pedido a un guardia que vaya al pueblo y traiga a Elliot. Me gustaría que cumplieras lo que te pedí y le des empleo hoy mismo. -dijo Dylan, dios, seguía usando esa palabra, sin mencionar que hablaba de Elliot, lo detestaba.

- ¿Elliot trabajará aquí? -preguntó Tristán sorprendido y con un eje de alegría, Thomas frunció el ceño, ¿qué les pasaba a ambos chicos con ese tal Elliot?, ¿que tenia de especial?

-Si. -dijo Dylan-Papá lo prometió.

Ahora quería agarrar a ese maldito castaño y marcar su pálida mano en una de sus redondas nalgas. Lo estaba provocando cada vez que utilizaba esa palabra y el menor lo sabía.

"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora