bittersweet memories ; wenrene

bittersweet

desde que ella ha aparecido en mi vida, he conseguido apreciar el arte.
ella es mi fuente de inspiración, la única que consigue que siga escribiendo.

cada vez que cruzamos miradas es como si mi corazón diese un vuelco.
cada abrazo es una razón más por la que seguir respirando.
oh, y su radiante sonrisa, que podría iluminar una ciudad entera.
y cuando sonreía tanto que se le cerraban los ojitos, creando una raya comparable con el horizonte en una mañana de primavera.
su risa era la melodía de mis días y, sin ella no había más que una fea resonancia.

seungwan tiene un corazón de oro.
siempre intenta ayudar, sacarte una sonrisa, hacerte reir.
no hay ni un sólo ápice de maldad en su ser. en resumen, estará ahí para ti siempre.
haría lo que fuese para hacer a alguien feliz, pero, ¿quien la hará ella feliz?
para eso estoy yo, para intentar llenar cada día de su vida de besos en la frente, caricias, cumplidos...

seungwan es arte, y mi amor por ella es tan inefable, indescriptible, inenarrable.

su leve respiración en mi hombro me saca de mis pensamientos.

—¿que tal has dormido?— le pregunté

ella se separó lentamente de mí y se frotó los ojos. cuando hace eso es tan adorable que me dan ganas de comérmela a besos.

—bien, sobretodo porque he dormido a tu lado— me regaló una de sus luminosas sonrisas y juraría que mi corazón ha dejado de latir por un segundo.

seungwan decide que prefiere seguir en la cama un rato más y, ¿quien soy yo para impedírselo?
noto como su pequeño cuerpo se pega nuevamente al mío. dirijo mi mano hacia su pelo y comienzo a acariciarlo, mientras, pienso que a veces vivimos olvidando lo efímera que es la vida, no te percatas de cuanto hasta que ves como alguien se va despegando de ella poco a poco frente a ti.

este era mi caso con seungwan, la luz de mis días se estaba apagando ante mis ojos y yo no podía hacer nada para evitarlo.
intento no pensar mucho en ello, pero en estos momentos donde parece que es tan feliz y no siente ningún tipo de dolor recuerdo la cita que tenemos en el hospital cada semana para intentar alargar su frágil vida.

noto como el latido de su corazón se relaja y, al mismo tiempo, como se vuelve a quedar dormida.