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Vale:

-No quiero ir a verlo.- me negué. Estaba desayunando con la Cami.

-Vai a ir, además te estará esperando y ni cagando lo dejarás plantado.- me empezó a retar esta hueona.-Te voy a poner bien bonita.- sonrió.

-No quiero.- la miré, mientras tomaba un sorbo de café.

-Hueona porfiá.- susurró.-Supongo que ya te envió la dirección.- se cruzó de brazos.

-Sí, hace como dos horas, pero me da paja verlo.- cuando dije eso, sentí el sendo chape.

-Pasa el celular, hueoncita.- le pasé el celular y tecleó una hueá como por dos minutos.-Listo.- me lo pasó y ví que había escrito.

-Hueona, no estoy emocioná por verlo.- rodée los ojos.

-Haceme caso, cuando esten tirando me lo vai agradecer.- esta es muy hueona.

[...]

-¿Te voy a dejar?- la Cami me arregló, no paró de hablar en toda la tarde sobre él.

-Sí.- salimos de su departamento y nos subimos a su auto.

Esta hueona es una loca al volante y cada vez que parabamos, sentía que ibamos a chocar.

-Te regalaron la licencia, culiá.- me burlé de ella, pero la maldita bastarda frenó y choqué con la ventana.

-¡Me costó más que la cresta que me dieran la licencia y vo me molestai!- me gritaba, pero estaba cagá de risa.-Llegamos conchetumare.- era tan fina, me hacia reír demasiado.

-De seguro le chupaste el...- susurré, pero me interrumpió.

-¿Que dijiste?- se estacionó y me miró seria.

-Nada, gracias por traerme.- le sonreí y se rió, de nuevo. No puede estar seria en ningún momento.-¿Me puedes pasar a buscar después?- le pedí.

-Sí.- contestó. Iba a cerrar la puerta del auto, cuando me dijo algo más.-Disfruta, preguntale todas las hueás que querai, sé que tení preguntas pa' él y que en los dos años no pudiste olvidar todo.- me miró y me dió una sonrisa sincera.

Caminé por la calle y cuando llegué a la cafetería, un nudo en el estómago me detuvo a entrar.

¿Realmente lo iba hacer?

¿Como tan hueona de hacerlo?

Entré y lo ví sentado en una mesa, se veía bien, un poco nervioso. Movía su pie a un ritmo constante. De a poco me fui acercando, levantó la mirada y sentí algo en el cuerpo.

-Hola.- me saludó, se paró de la silla y me dió un beso en la mejilla.

-Hola.- respondí. Me corrió la silla para que me sentara.-Gracias.- le sonreí.

-¿Pedimos algo?- sugirió.

-Sí.- fue lo único que contesté.-Toma.-le pasé su cajetilla. La tomó y la vió.

-Gracias, demás viste lo que había adentro.- se ruborizó un poco, lo intentó ocultar, pero no le salió.

-Sí, bueno la Cami lo abrió, yo no quise.- estaba nerviosa y no sabía por qué.

-Tenemos que hablar de muchas cosas.- se puso serio.

-¿Hablar sobre que?-me hice la hueona.

-Sobre nosotros...- se dió cuenta de lo que dijo.-bueno, de nuestras vidas y eso.- me sonrió. Por dentro estaba gritando de los nervios.

Pedimos algo pa comer y rogaba por dentro para que la señora no se tardara tanto.

-¿Y?- preguntó.-¿Cómo estás, qué es de tu vida?- veía como sus ojos brillaban.

¿Me enganché de un mateo? [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora