El día había llegado, me encontraba tomando café sin azúcar como acostumbraba todas las mañanas. En esta ocasión había variado mi imagen, sólo un poco únicamente para parecerme a los demás profesores. No usaba corbatas en el trabajo porque estorbaban al momento de realizar experimentos o escribir las notas pero solo los días de clase usaría una. La clase sería después del almuerzo, tenía tiempo de archivar algunas cosas y terminar de preparar el examen de conocimientos. No me importaba que esos chicos hayan sido los mejores en el examen de admisión, no les daría ninguna concesión por ser de nuevo ingreso.
Ya en mi oficina, comencé a archivar los pocos documentos que habían quedado pendientes el día anterior y después comencé a escribir la segunda parte del examen que constaba de cuarenta preguntas que había realizado en borrador después de cenar la noche anterior. Un pensamiento se coló repentinamente "esto de ser profesor no es tan malo, le da variedad a mis días". Cuando terminé de imprimir las hojas del examen, vi mi reloj de muñeca. "Tengo quince minutos para llegar". Salí y di instrucciones a Kisame para que comenzara a trabajar en la petición de un hospital, referente al área de oncología.
Cuando llegué al salón que se me había asignado no había nadie. Todavía tenían dos minutos para llegar, quizá estuvieran en camino o perdidos buscando el aula. De repente casi de manera consecutiva entraron dos jóvenes serios y se sentaron al frente del salón. Uno de ellos era pelirrojo, con un gran tatuaje en su frente sobre su ojo izquierdo. Se podían ver unas ojeras pronunciadas, pero sin notársele el cansancio a simple vista. Su ropa demostraba un estilo desaliñado y retador. "Este me va a causar problemas, es el típico rebelde".
A un lado, en otro escritorio, se encontraba un chico de cabello castaño, sujeto a la altura de su espalda. Sus ojos de color perla se le hacían conocidos. Al encontrarse con su vista pudo ver la expresión de reconocimiento, él también lo había reconocido de algún lado. Al verlo bien, su ropa estaba perfectamente combinada y demostraba un áurea de control. "Este también me va a causar problemas, el típico sabelotodo".
Dando las once en punto, la hora en que la clase comenzaría, escuché la puerta abrirse. Al girar la cabeza hacia esa dirección pude ver a una joven bellísima y delicada. Era pequeña en altura y complexión, con el cabello rosa pálido y unos expresivos ojos verdes. Se sonrojó inmediatamente al ser el centro de atención por llegar tarde. Entró al salón apresuradamente para tomar asiento en medio pero dos filas detrás de sus compañeros. A pesar de ser tímida, su ropa demostraba clase, era conservadora pero a la vez llamativa. "Esta se lleva el premio, ya sé quién me va a dar dolores de cabeza en estas clases".
—Ya que estamos todos aquí, me presento: mi nombre es Itachi Uchiha, soy el Director del Departamento de Investigación Molecular, durante los últimos diez años he trabajado ahí y hemos hecho importantes avances y descubrimientos por y para la ciencia. El día de hoy, tendrán un examen de conocimientos. Sé que hicieron uno para poder entrar a la carrera de Biología, pero para entrar a mi departamento tengo que conocer su nivel, si es que en verdad son capaces de pasar la prueba. Mi trabajo lo tomo en serio, y no quiero perder el tiempo con ustedes si no están interesados realmente.
—Tengo entendido que solo somos nosotros tres los seleccionados para trabajar con usted. ¿Por qué tendríamos que hacer otra prueba?— dijo el castaño.
—Sí, se supone que fueron los mejores puntajes. Pero este es el verdadero examen. Son cuarenta preguntas, si no obtienen al menos veintiún correctas no podrán permanecer en este programa —me acerqué a ellos para entregarles los exámenes—. Pueden comenzar, tienen cincuenta minutos.
Los tres sacaron inmediatamente un lápiz para comenzar, ahora que lo pensaba, no les había preguntado sus nombres. No tenía importancia si de cualquier modo iban a reprobar. Los observé durante ese tiempo. La primera en terminar fue la chica, se levantó y entregó el examen en silencio, me recordó a un pequeño ciervo asustado.
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Mi deliciosa nerd
FanfictionItachi es un joven prodigio a cargo del departamento de Investigación molecular de la Universidad de Tokio. Ya había aceptado que su vida era regida por la soledad y obligaciones familiares, hasta cierto punto estaba conforme. Pero sus días de tranq...