CAPÍTULO 2: SEMBRANDO CURIOSIDAD

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- Cuando termines ven a verme a la biblioteca –

La orden no daba lugar a replicas mientras la parca se levantaba de la mesa con sus utensilios en mano para acercarse al fregadero comenzando con sus costumbres de limpieza. Estaba colocando a secar los platos cuando un movimiento inestable a su costado llamo su atención, desviando la mirada a la derecha vio flotar el plato y los cubiertos de Aldrick sobre el mesón mientras este luchaba por concentrarse sentado en el extremo más alejado de la mesa.

Previendo el resultado final del juego del muchacho en un movimiento rápido y certero Lukyan tomo el plato en su mano rescatándolo de una caída que le costaría su vida útil.

- ¡Hay Rayos! – Porfirio Aldrick desconcentrándose por la interrupción, y perdiendo el control de sus poderes dejo caer los cubiertos al suelo.

- No uses tus poderes inútilmente niño – le sermoneo y bajo el plato al fregadero despacio para evitar dañarlo – tienes suerte que no fuera el plato – dijo señalando los cubiertos que yacían dispersos en el piso.

- Es extraño que me digas niño cuando visualmente aparentamos la misma edad – se levantó de su asiento y siguió con los intentos de usar sus poderes para levantar de nuevo los cubiertos del piso, todo planeado bajo la tonta idea de que si se acercaba más tal vez estos si llegaran a su destino, cosa que hicieron, pero igual de torpe que al comienzo.

- ¿Visualmente? – bufo la parca con obvio desprecio ante su error de léxico – querrás decir físicamente –

- No – lo desestimo deprisa el muchacho acercándose al lavaplatos y comenzando a fregar los suyos – a lo que me refiero es visualmente, porque de lejos aparentamos la misma edad, pero – dejo de fregar acercándose lo más que podía a Lukyan incomodándolo al examinar su rostro – si te acercas ves claramente que tú eres mayor, no es por nada amigo pero esas ojeras no te hacen ningún favor – colocando su dedo que aun contenía espuma de detergente a una distancia de centímetros de sus ojos continuo su palabrería sin medir la poca paciencia que Lukyan ya reflejaba en su rostro - tengo un par de productos extra, si quieres te los puedo prestar son de fácil aplicación así que no tendrás problemas con las indicaciones - termino de hablar para volver a refregar los platos segundos antes de que la parca lo anclara al piso con sus poderes y lo obligara a mirarlo cuando el hablara, como si su mirada de disgusto no fuera suficiente para amilanar a cualquiera.

- Termina de levantar la mesa – demando apretando los dientes e ignorando toda la verborrea del muchacho cuando lo libero de su agarre, pero al notar las intenciones de su pupilo por hacer uso nuevamente de sus poderes para una tarea tan cotidiana como lo era lavar los platos le advirtió por segunda vez en un gruñido – sin poderes

Frustrado por la prohibición, Aldrick, resoplo audiblemente antes de tomar la loza faltante y llevarla hasta el fregadero manualmente.

- ¿Pero si no los pongo en práctica como se supone que los domine? – protesto cuestionando por enésima vez el método de enseñanza de su tutor.

- Se supone que me obedezcas no que cuestiones –

- Se supone que me enseñes no que solo mandes – murmuro por lo bajo.

Lukyan bajo los hombros con cansancio volviendo a cuestionarse si había hecho algo malo para que le hubieran designado a semejante prospecto de aprendiz.

- ¿De todos los postulantes tenías que venir tú? –

A pesar de ser una pregunta retórica dirigida a sí mismo el muchacho no pareció entender el mensaje y continuó con su parloteo y movimientos descuidados que terminarían en cuestión de segundos con el piso mojado, poniendo espacio suficiente entre ellos se colocó a su costado.

HERMOSO VERDUGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora