Eso que brilla en ti, lo que no veo en mí. Reconozco que la veo a ella, sí, la anterior; La veo un poquito en tí y eso me asusta. Pero por tí estoy tratando de dejar el miedo de lado y empezar a jugar con los cuchillos. Puedes ser una flor cómo una navaja a mi cuello; con tus cuestionamientos dónde me haces hablar weas bonitas, weas que quiero creer no te mereces.
Pero mi amor, no es que no te las merezcas, es que me da miedo hacer todo tan rápido. Me da miedo entregarte todo lo que siento porque aún no estás lista.
Nerviosa, no sabes cómo reaccionar. Eso me gusta de tí, tu inocencia. Yo sé que todo está podrido acá y que el olor a mierda te enferma, por eso trato de mostrarte los lugares que tengo escondidos.
Por tu forma de ver el peligro, tu atracción por lo que es considerado errado.
Ambas somos la carne y a la vez la cuchilla, podemos hacernos daño o tratarnos suavemente. Acariciar los vellos finos de la piel con la hoja.