capitulo 1

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Hola, creo que lo primero que debo hacer es presentarme, yo soy Blanca, ahora mismo estoy camino a mi primer dia de clase despues de haberme mudado a españa por motivos de trabajo de mi padre, no estoy segura de si va a salir bien mi primer dia, en mi anterior escuela solo era una simple nerd, de la que todos se burlaban, solo porque no les gusta mi aspecto, nunca entendí cómo detras de tanta belleza en el exterior de algunas personas puede haber tanta maldad en el interior, me llamaban de todo menos guapa, me ponian la zancadilla, hasta llegaron a darme alguna que otra paliza, solo por ser asi, solo por ser yo...

bueno, aqui estoy, en la puerta del instituto, es grande, y, a mi parecer no parece una carcel tanto como mi anterior instituto, no se muy bien a donde me tengo que dirijir, me dijeron que tenia que ir a direccion, junto al director, pero no se donde esta, entro y me encuentro con secretaria, estoy bastante nerviosa, desde que entre ya vi a varias personas mirandome.

-hola, me llamo Blanca Díaz, soy nueva y estoy buscando dirección, me dijeron que tenia que hablar con el director segun llegara-le dije a la secretaria sentada alli en frente mía, era rubia y muy guapa, cuando acabe de hablar se levantó, tambien era muy alta

-hola, yo soy Carla, soy la secretaría, sigueme porfavor, te mostrare el camino hacia direccion - dijo con una gran sonrrisa en la cara, además de guapa y alta también era muy simpática.

Me condujo hasta un despacho sin nadie dentro, era blanco, grande y estaba muy bien colocado, los muebles negros hacian un contraste con las paredes que relajaba bastante.

-espera un momento aqui, el director biene en un momento- dijo sin quitar esa sonrisa de la cara

Tal y como dijo la secretaria esperé a que llegara el director.

Cinco minutos después llegó, era un hombre con una gran calva en la parte de arriba de la cabeza, el poco pelo que tenía por los lados era gris blanquecino, llevaba puestas gafas y sus ojos eran oscuros.

- hola, muy buenas, soy el director Camilo Hernández, tu debes de ser Blanca Díaz-me y tendió la mano.

Acto seguido me levante y se la estreché.

-Si, yo soy Blanca, he venido aquí por que me han dicho que viniese junto a usted antes de nada.

-Por supuesto, le oy a dar sus horarios, le aclararé todas las dudas que tenga y le llevaré hasta su clase.

- De acuerdo.

Me dio una hoja con mi horario, detrás había
como un pequeño mapa del instituto y estaban marcadas mis aulas, hablamos y despue me llevó hasta mi clase.

Desde fuera no se escuchaba mucho ruído, el pasillo estaba tranquilo y no había nadie más que nosotros dos en el debido a que ya había sonado el timbre hacía media hora.

El director petó en la puerta y la abrió cuando escuchó el permiso de la profesora de dentro del aula.

-hola, traigo a la nueva alumna-dijo con una sonrrisa en la cara.

-de acuerdo, que pase-dijo la profesora, era pelirroja, con el pelo ondulado y los ojos castaños rojizos, llevaba un traje compuesto por una falda y una chaqueta negras y una camisa blanca también llevaba unos tacones negros.
Entré y el director se fue.

-presentate por favor- dijo amablemente la profesora- por cierto, yo me llamo Ana.

Asentí y me puse enfrente de toda la clase.

-hola, yo soy Blanca Díaz, tengo 16 años y vengo aquí desde Londres- odiaba tener que presentarme, por eso intenté ser breve y clara, me dirijí a mi sitio, pero antes de llegar alguien me puso la zancadilla, era un chico moreno con el pelo corto y negro, tenía los ojos marrones y era bastante guapo.

-huy, perdón- dijo riendose, me levanté y seguí hasta que la profesora le riñó y paró de reirse, después de eso me senté y atendí a la clase , la profesora Ana daba matemáticas, y, despues tocaba educación física, la asignatura que más odio, no me gustan los esfurzos físicos, aunque mis padres me dicen que soy muy buena para ellos y siempre saco sobresaliente en esa asignatura, siempre era la mejor de mi clase en ella, y, por eso aún me detestaban más, los chicos por superarlos en las pruebas fisicas y de resistencia, en todas menos en las de fuerza, en esa era unas de las peores, y, las chicas por que decian que era poco afeminada y demasiado masculina.

NARRA DAVID

Me aburro!!!

Odio ir a clases, aunque, lo unico que me gusta de ellas, y la unica razon por la que vengo son las profesoras y las alumnas, no me daba clase ningun profesor, solo profesoras, y todas eran bastante guapas y con buen cuerpo. Petaron a la puerta y se ve al director al otro lado, pero no viene solo, viene acompañado de una niña rubia, con el pelo liso hasta poco antes de las puntas, donde se le hacían rizos, lo tenía hasta la cintura, llevaba gafas y tenia los ojos verde esmeralda, era de baja estatura y llevaba puesto el uniforme, se presentó y se encaminó a su sitio, pero le puse el pie delante y se calló, todos empezamos a reir, todos reian en bajito para sí mismos, en cambio yo no, empecé a reir a no poder mas, me disculpé falsamente y seguí riendo, ella se levantó y siguió su camino.

-David- dijo Ana en tono de regañina.

La tal Blanca se sentó, el nombre le quedaba bien, porque, su piel era pálida, pálida, casi como la piel de un fantasma (como si los fantasmas tuvieran piel :v).

Tocó el timbre y nos dirigimos al patio para educación física, la profesora nos mandó a los vestuarios y nos dirigimos a ellos.

NARRA BLANCA

Nos dirijimos a los vestuarios devido a que la profesora nos había mandado ir para cambiarnos para hacer ejercicio, un pantalón y una camiseta cortas.

Al salir la profesora nos hizo correr dos vueltas al rededor de la cancha de fútbol, yo era bastante rápida, pero el imbécil de antes lo era más, tenía buen cuerpo, eso no se podía negar, y, si lo hacías mentías.

David acabó primero las dos vueltas y yo segunda, por 30 segundos +/- de diferencia.

Cuando estaba recuperndo el aliento y bebiendo un poco de agua David se acercó.

-Así que la nerd corre rápido- dijo el castaño de forma maliciosa y recalcando la palabra nerd-pero no más rápido que yo, claro está.

-Déjame en paz- él tomo mi tono notorio de cansancio por sus tonterias como una ofensa.

-Y si no lo hago que pasa?-preguntó con un tono de superioridad y grandeza.

Sin decir nada y haciendo caso omiso a sus palabras me fui del lugar, no tenía ganas de aguantar las tonterias de nadie en ese momento

mi nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora