El Ogro Rojo

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Érase una vez un Ogro Rojo que vivía apartado en una enorme cabaña roja en la ladera de una montaña, muy cerquita de una aldea. Tenía un tamaño gigantesco e infundía tanto miedo a todo el mundo , que nadie quería tener trato con el. La gente de la comarca pensaba que era un ser maligno y una amenaza constante, sobre todo para los niños.

¡ Que equivocados estaban! El Ogro era un pedazo de pan y estaba deseando tener amigos, pero no encontraba la manera de demostrarlo : en cuanto salía al exterior, todos los habitantes del pueblo empezaban a chillar y huían para refugiarse en sus casas. Al final , al pobre no le quedaba más remedio que quedarse encerrado en su cabaña, triste, aburrido y sin más compañía que su propia sombra.

Pasó el tiempo y el gigante ya no pudo aguantar más tanta soledad. Le dio muchas vueltas al asunto y se le ocurrió poner un
cartel en la puerta de su casa en el que se podía leer :

        NO ME TENGÀIS MIEDO

           NO SOY PELIGROSO

LA idea era muy buena, pero en cuanto puso un pie afuera para colgarlo en el picaporte, unos chiquillos lo vieron y echaron a correr ladera abajo aterrorizados.

Desesperado, rompió el cartel, se metió en la cama y comenzó a llorar amargamente.

¡ Que infeliz soy!¡ Yo solo quiero tener amigos y hacer una vida normal ! ¿ Por que me juzgan por mi aspecto y no quieren conocerme? . . .

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