Habitacion 1

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El pomo está frío, como todos los días. Las sábanas cubren los muebles que aun no han sido corroídos por tu olvido. Te juro que intento cuidarlos, pero tú abandono nos afecta a todos, incluso a mi.
El primer día que no viniste a verme pensé que te habías perdido, habeces los pasillos son demasiado enrevesados, ¿no crees?. Pasaron los días y se cumplió la primera semana. Seguramente las demás habitaciones requieran todo tu tiempo, concluí. Sentía que te había fallado, pensé que debía de haber provocado tu huida; pero por mucho que me disculpé mirando al cielo, no llegabas.
Al final dejé de preocuparme yo también, acepté que te habías ido, cómo se acepta la perdida de un hermano. Me resigne a convertirme en parte de las oscuras paredes.
Pero un día el frío pomo se moverá.
No sé cuándo, ni como, simplemente lo sé. Lo sé porque me lo ha dicho el polvo, me lo ha dicho el sol desde detrás de la ventana y me lo ha dicho el suelo agrietado. Sé que al entrar llenaras mi cabeza de escusas, de disculpas y sacrificios. Sé que la puerta se cerrará antes de que te lo esperes, y serás tú quien sea esclavo de mi olvido.
Expectante sigo mirando el frío pomo, aún cuando me ahogo en tu vacío.

Las habitacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora