Capítulo 34: Juntos de nuevo parte II

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¡Me hablas en serio mi amor!— sus ojos radiaban felicidad pura —

— respondí acariciando sus brazos — nunca había estado tan segura de algo — sonreí —

Gracias preciosa — replicó besándome tiernamente — no te vas arrepentir, te lo prometo

— Sé que no mi amor — lo besé —

Al tener tantos días juntos y a la vez libres Diego y yo comenzamos a recuperar el tiempo perdido o por lo menos tratar de, hacíamos caminatas por las montañas de la zona, íbamos a la playa o bien, nos quedábamos en la habitación para aprovechar la compañía uno del otro.
Cada noche hacíamos el amor como si fuese la primera vez, hasta caer rendidos los dos en un profundo sueño.

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— Cómo le dirás a tu familia — preguntaba Diego mientras empacábamos —

— ¿Cómo le diré qué mi amor? — me detuve a observarlo —

Esto, que tú y yo... — tartamudeaba —

Mi amor — sonreí caminando hacia él — creo que mi familia será la más feliz de nuestra reconciliación

— ¿Eso crees? — replicó abrazándome —

Eso creo — respondí y me besó —

Te amo — dijo acariciándome el rostro —

Sonreímos en medio de otro beso

— Empaca rápido que debemos irnos — dije volviendo a la maleta —

Diego

Es un sueño — pensaba mientras la observaba dormir a mi lado plácidamente — tenerla aquí de una manera que, hace tanto tiempo deseaba — sonreí —

Mi teléfono sonó notificando una llamada entrante de un número el cuál no estaba registrado en mi agenda telefónica.

— ¿Hola? — dije tomando la llamada —

Hola mi amor — decía una voz maliciosa al otro lado de la línea — ya te estoy extrañando

— ¿Qué quieres? — dije al reconocer al voz —

Saber cómo estás, hace varios días que no sé nada de ti —

— Sabes que yo contigo no quiero nada — replicaba ofuscado hablando de voz baja — déjanos en paz Ana

— ¡Jamás Diego! Tú eres mío y sabes que nunca te dejaré para que vayas en busca de esa imbécil de Alina — decía furiosa —

Pues ya es tarde, porque ya estamos juntos de nuevo — repliqué acariciando la mano de Alina — no te permitiré que le hagas daño de nuevo. Alina no está sola me tiene a mí y espero que te quede claro — terminé, cortando la llamada —

Ana

¡Maldita sea! — Decía furiosa sirviéndome un trago de wisky — lo único que hice fue acercarlos más; pero su felicidad no les durará mucho y yo me encargaré de eso.

Necesito verte, ven a la casa de la costa lo más rápido posible — dije cortando el teléfono —

— ¿Y ahora qué quieres Ana? Crees que estoy a tu disposición las 24 horas del día...

— Cállate Beto tengo un trabajo para ti — caminaba en círculos —

— ¿Sobre Alina eh? — decía apoyado sobre el escritorio —

El Tiempo Después De Ti ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora