Al llegar a casa vi que el pequeño Morris 8 de mi padre estaba aparcado en el camino, y cuando crucé por el césped del jardín, mi madre estaba corriendo las pesadas cortinas de terciopelo para que no se filtrase ninguna luz al exterior. Cuando entré, ella cruzaba el vestíbulo.
-¡Hola! -me djo-. ¿Dondé has estado? -La seguí hasta la cocina.
-En la iglesia. Había un chico allí tocando el órgano.
-¿Qué chico era?
-Uno del campo de aviación. Un artillero de cola.
-¿Qué edad tenía? -Ahora estaba fregando los platos; siempre estaba haciendo algo.
-Unos 19, creo.
-Bonito trabajo les dan a los muchachos en estos tiempos -Me di cuenta que se había emocionado; un momento más tarde me djo-: ¿Hablo contigo entonces?
-Sí.
-¿Sobre qué? -Había cierto nerviosismo en su voz, pero sólo eso. Me puse a buscar los términos adecuados.
-Nada especial. Necesitaba a alguien con quien hablar y yo me encontraba allí. Me invitó al baile de mañana.
-¿Y tú que dijiste?
-Que sí.
-¡Aunque nosotros no lo conozcamos aún!
-Vendrá a recogerme aquí. Mañana podrás inspeccionarle a placer.
-Eres aún muy joven -dijo ella indecisa-. No me gustaría...
-Por Dios mamá -repuse yo-. Estoy en sexto curso y él no lo ha debido de terminar hace mucho a juzgar por su aspecto. - De repente sentí miedo de que ella lo interpretará todo mal-. Era simplemente un buen chico que se sentía solo, necesitaba hablar con alguien, eso es todo.
-Tednremos que ver como es entonces, ¿no crees? -Sonrió de pronto y me besó la frente-. Tu padre está en su estudio. Dile que la comida esta lista.
Yo la abracé muy fuerte, agradecida por su cariño, que me daba tanta seguridad. Pensé de nuevo en Luke y en la expresión de su cara de joven.
*Me encantaría que hubierán lectoras :( aún así la seguire*
