Te miro sonreirle a los demás con tu angelical gracia y aura pura, los demás corresponden y asienten a lo que dices entre risas pero no ven más allá de ella, solo ven una encantadora sonrisa pero no los apagados ojos, tampoco el maquillaje que oculta las enormes ojeras ni los guantes que protegen tus nudillos debido a los últimos golpes que has dado. Todo parece un ambiente familiar pero no es así, todo es una mentira en la cual te esfuerzas por vivir; pero toda mentira termina decubriendose.
Veo como rechazas la comida con la excusa de que ya has comido pero en realidad no haz comido nada en todo el día, y ahí va una de las muchas mentiras.
Al llegar al departamento te quitas el abrigo hablando sobre la sombrosa velada que tuvimos con nuestros amigos, te ves feliz y esta vez es de verdad, pero, te quitas tu camisa y mi sonrisa cae. Entre los millones de moretones se oculta tu delgado estomago, sin las manchas violetas y verdosas tus costillas serían demasiado notorias.
Lo notas, notas mi tristeza y tu rostro se distorsiona, tus ojos se humedecen y tu labio tiembla, te cubres con tus brazos tu cuerpo sintiendo asco de ti mismo y me maldigo mentalmente por haber hecho tu sonrisa caer. Me acerco pero te alejas e ignoro el pinchazo en mi pecho, intento nuevamente pero me gritas que me detenga y lo hago, tus manos se cierran y tu mandíbula tiembla y antes de poder acercarme nuevamente golpeas la pared con una fuerza sobrehumana que un nuevo hoyo se forma, este es el número treinta y cuatro. A pesar de las multiples amenazas y desgarradores gritos me acerco y te abrazo con fuerza pero me empujas de inmediato y chocs tu puño justo a dos centimetros de mi rostro, la pequeña brisa de aire debido al rápido movimiento hace que los cabellos de mi lado derecho se muevan y mi oreja pica. Siento miedo nuevamente y a pesar de evitarlo lloró; aún cuando me prometí no hacerlo frente a ti pero fallo nuevamente, tu mirada cambia y te arrodillas frente a mi mientras me rodeas la cadera y posicionas tu cabeza en mi vientre, acaricio tu cabello murmurando frases alentadoras.
"No es tu culpa".
"No llores"
"Eres hermoso"
Tus lagrimas no se detienen y tus sollozos me hacen cerrar los ojos, vuelvo a rememorar el pequeño almuerzo de esta tarde y tu sonrisa pero tus gritos borran cualquier recuerdo, separo tus brazos de mi cuerpo pero gimoteas aterrado y me abrazas con más fuerza mientras niegas, "No te vayas", es lo único que dices y logro entender de tu tartamudeo, trato de decir que no me iré pero la voz no me sale y estaría mintiendo, tus jadeos se detienen y me observas con los ojos hinchados y rojos, gruesas lagrimas siguen cayendo y abres la boca pero la cierras nuevamente al soltar un entrecortado sollozo pero rápidamente entiendo el mensaje y me arrodillo sosteniéndome en tus hombros y por ese momento me sueltas.
Arrodillados uno frente al otro en una incomoda situación donde ninguna palabra será lo suficiente creíble como parar nuestras lágrimas, tus lágrimas. Mi temblorosa mano limpia tus humedecidas mejillas pero me sujetas por la muñeca y la llevas a tus labios donde besas el dorso de esta, sonrió enternecido porque a pesar de que muchos te critiquen ninguno será capaz de ver el gran hombre que eres y nadie podrá entender que tu actitud la sociedad la creo. Mis comisuras se levantan y me correspondes, estos momentos son los que más atesorare, donde nuestros ojos se dicen las palabras que jamas podremos decir.
Me jalas hacia ti y me rodeas mientras besas mi frente, me aferro a tu camisa porque siento como la hora llega y como mi corazón se detiene, los recuerdos aparecen en mi cabeza como millones de mariposas y no evito el llorar pero esta vez no me muerdo el labio, esta vez dejo salir los grito que he estado aguantando.
Y con mi pensamiento masoquista las cosas más dolorosas aparecen, la muerte de mi abuela, el suicidio de mi amigo y tu depresión e intento de ser perfecto.
Las comidas que haces a un lado y los cortes a escondidas en tus muslos, los golpes en las paredes y las visitas al doctor.
Pero todo se desvanece por un momento y recuerdos felices llegan, la sonrisa de mi abuela, las risas de él, y los millones de te amo que me has dicho.
Por un pequeño momento somos tu y yo.
Y me gustaría que fuera así para siempre pero nadie puede ir en contra de nuestros ya planeados destinos.
Acuno tu rostro entre mis manos y sonrío y realmente espero que me escuches esta vez, aclaro mi garganta y te llamo.
- Jimin...-
- No- Niegas con tus manos cubriendo las mías, tu cabello naranja cae y tratas de levantarte pero te detengo- Para... Por favor.
- Te amo- Agachas el rostro y encorvas la espalda, veo como tiembla pero aún así continúo porque esto sera lo ultimo que escuches de mi- Espero que comas adecuadamente y no te lastimes más.
Quitas mis manos de tu rostro y lo cubres con las tuyas, me acerco y te acurruco contra mi, escondes tu cabeza en mi pecho y te acomodas quedando encima de mis piernas.
- No quiero ver más cortes ni más moretones- Suspiro calmando mi respiración y los dolorosos latidos, debo ser fuerte esta vez a pesar de que me este muriendo- Cuando nos conocimos te prometí siempre estar ahí y planeo cumplirlo, puede que no me veas pero siempre velare por tu bienestar.
El cuarto queda en silencio y siento tu triste mirada que no soy capaz de enfrentar, miro hacia la ventana donde el cielo se colorea de naranja y morado, siempre me han gustado los atardeceres.
- Taehyung.
Tu voz sale ronca pero segura y te levantas para luego acorralarme entre tus brazos y besarme con completa fiereza, sujetas mi cuerpo y me apegas lo más posible a ti, ignoro el dolor e intento corresponder pero mi respiración falla, te separas lentamente mientras un pequeño hilo de saliva une nuestros hinchados labios, siempre he pensado que eres el hombre más hermoso del mundo y aún lo pienso, ya sea de buen humor o mal humor siempre he estado atraído hacia ti, como el metal y el imán.
- Te amo.
Dos palabras para que me sienta como en la primera vez.
Dos palabras para que mi estomago haga cosquillas nuevamente.
Dos palabras para que mi corazón deje de latir.
Dos palabras para que mis pulmones fallen.
Dos palabras para que caiga frente a ti mientras gritas mi nombre.
- Taehyung... No, por favor, no te vayas.
Llenas mi rostro de besos con múltiples te amo,sonrió porque a pesar de que este muriendo podré decir que mi corazón siempre latió por este hombre, por quien me sostiene como si fuera un valioso tesoro y no me deja ir.
- Te amo...
Mi voz sale como un susurro y mi agarre disminuye, asientes y presionas mis labios con los tuyos, los muevo lentamente y antes de cerras los ojos murmuro.
- Te amo... Park Jimin.
Mi ultimo aliento se va diciendo tu nombre y mi cuerpo se detiene, ocultas tu rostro en mi cuello y lloras finalmente.
Horas pasan para que alguien toque a la puerta pero nadie abría, entonces llamaron a la policía pues los sollozos de Jimin aún se oyen, una vez abren la puerta ven una imagen desgarradora.
Un hombre sosteniendo el cadáver de su amado.
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quería hacer algo sad D:
k m paza
gracias por leer, cuidensen mucho <3
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I'm Always Here - MinV - One Shot
RomanceNo importan las adversidades ni los obstáculos, tampoco lo mucho que me grites cuando te enojas o los golpes desviados. Siempre estaré aquí.