Cuarto capitulo.

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—¿Has visto como te ha mirado Mia?.

—Si de la misma manera en que mira a todas.

Emely respira profundo al recibir mi respuesta. Y yo por otra parte me propongo a pensar en la actitud de Damon, ¿Por que cuando estoy cerca de el, mi piel se eriza y da impresión oscura en mi?, hay algo mal en este chico, y lo mejor para mi, seria alejarme.

—¿En que piensas Mia?.

Pregunta Emely sacándome de mis pensamientos. Muevo suavemente la cabeza hacia los lados y me propongo a sacar a Damon de mi cabeza.

—En cosas.

Me encojo de hombros y bajo las escaleras lentamente. Emely sigue detrás de mi, y al alcanzarme me mira con el ceño levantado.

—Pensabas en Damon cierto.

—¿Que?, ¿Estas loca?, lo que menos haría es pensar en el.

Entrecierra los ojos y niega con la cabeza.

—Se que lo hacías Mia, tranquila guardare tu secreto.

Bufo al no conseguir nada de creencia. Al fin y al cabo, no se rendiría hasta que lo dijera con mi propia boca. Aunque muy poco conocía a Emely, sabia que era de esas personas que no se callan hasta que les digas las cosas, no se daban por vencida así tan fácil, siempre conseguían lo que querían.

Emely me ha enseñado todo el instituto y no hay nada de distinto con el de mi antiguo. La cafetería, la biblioteca, las oficinas, y la típica cancha de fútbol americano, nada del otro mundo. Las clases han pasado, y todo iba normal, no había visto mas a Damon, no sabia si seguía en el instituto o se habría marchado, el punto es que no me importaba.

He llegado a casa y se encuentra totalmente sola, sin Carmen, sin Elloy, sin nadie. Esto me asusta. La luces están apagadas y el silencio esta apoderada de ella, entro silenciosamente y trato de hacer el menor ruido. Corro hasta mi habitación y al entrar, respiro profundo y trato de calmarme, esto de estar en peligro se me hace perturbante.

Mi teléfono empieza a vibrar cuando lo dejo en la cama. Lo tomo entre mis manos y en la pantalla se asoma un "Desconocido" , pienso en unos momentos en contestar pero al fin aprieto el botón rojo y contesto.

—¿Hola? — Pregunto enseguida.

—Oh si, lo he conseguido. ¿Mia?, soy Steven, ¿Quieres venir a Coava?. — suelto el aire acumulado en mis pulmones al saber que es Steven. Mi respiración ahora es mas calmada al saber que es el.

—Si claro, en cinco estoy allá.

—Esta bien, te espero, adiós.

—Adios.

Cuelgo y vuelvo a lanzar el teléfono sobre la cama. Necesitaba ducharme y aclarar mi mente, y nada mejor que sentir el agua artificial por tu cuerpo para relajarte y pensar. Deslizo la ropa por mi cuerpo y lleno la bañera mientras hago mis necesidades diarias. El agua es refrescante y me abre la mente al sentirla sobre mi.

Pienso, pienso y pienso, pero no llego a la conclusión de algo. ¿Por que Damon me hace sentir de esa manera? ¿Por que con tan solo mirarlo, pienso en oscuridad? ¿Que tiene?, tal vez hay personas extrañas alrededor del mundo, pero el es diferente, su cercanía me produce escalofríos, y su mirada temor, ¿sera el la persona que me sigue? ¿Sera el la persona la cual me quiere matar?, <<¡No, Mia!>> me grita mi subconsciente. Ignoro su reacción y sigo pensando en su actitud oscura, cada vez que pienso mas, mas me da temor. ¿Podra ser Damon un asesino?.

...

—Al fin haz llegado.

Steven se lanza a mis brazos y me abraza fuertemente.

—Tu padre me ha dicho que cumplisteis años el sábado, ¡Feliz cumpleaños campeona! — Grita en forma alegre. — Siento el retraso, es que no te conozco muy bien, y no sabia cuando era tu cumpleaños, espero tus disculpas.

Sonrió amablemente y lo abrazo del igual forma. Steven se estaba convirtiendo en un amigo importante, no tanto como puede llegar a ser, pero se esta convirtiendo. No me fió mucho de el pero lo poco que lo conozco es mas que suficiente para ver la gran persona que es.

—Gracias Steven, disculpas aceptadas.

La tarde estuvo muy tranquila. Sin cartas, sin temor, y sin nada que pudiera hacerme daño. Aun los hombres que estaban en la fotografía, no habían aparecido, seguramente se ocultan para no levantar sospechas de las autoridades. Pero por otra parte, Steven se comporto de lo mas tierno posible, me ha brindado un par de bebidas y comida, y me ha hecho reír un par de veces. Su cercanía me hacia sentir a salvo, por alguna razón, me sentía bien estando con el. Ya mi temor hacia el había culminado al conocerlo mejor. Me ha contado que sus padres se han separado cuando el solo tenia cinco años, y le afecto de un modo que no pudo controlar, me sentí triste en ese momento, ya que me acordó a mi madre, es tan injusto que me la hayan arrebatado de una forma tan brusca.

—Dime ¿Que hay de ti Mia? — Pregunta tomando un sorbo de su café. Acto seguido yo hago lo mismo, lo miro y me ingenio algo que decir pero ¿Que le diré? "Han matado a mi mama y no se quien fue, mi padre es un cerdo que quiere dominarme, y en mi infancia un hombre trato de tocar mis partes prohibidas". Pues si, en mi infancia un hombre de la edad de mi madre había quedado en cenar con ella en mi casa, y cuando ella se alejo lo mas posible para no poder ver nada, el cerdo empezó a tocarme por mis partes. Desde ese día no me sentía bien que me tocaran, no me sentía agusta con la cercanía incomoda de un hombre, solo aceptaba abrazos y besos, por educación.

—Necesito ir al baño, te contare cuando vuelva.

Miento y me retiro de la mesa. Pensando en que decirle, en camino al baño respiro profundo y entro a este. Cuando estoy adentro, me miro al espejo y como estoy sola, hablo conmigo misma en el. Tengo tanta presión en mi vida, que no se si podre soportarla, no se si podre contener tanto dolor por dentro. Quiero calmarme pero de pronto siento una lágrima deslizarce por mi mejilla, aprieto los ojos para contenerla, pero fue inédito, y empiezo a derramar una tras otra sin parar.

—¿Por que lloras?.

Pregunta una voz detrás de mi. Abro los ojos y me sorprendo al ver de quien se trata, volteo mi cuerpo y lo miro ¿Es real? ¿En serio esta aquí?. Pero lo que mas me sorprende es que no he sentido el escalofrió que siempre me causa.

—¿Damon?.

Me seco las lágrimas rápidamente y lo miro haciendo como si nada hubiera pasado.

—¿Por que estabas llorando Mia?.

Pregunta nuevamente. Su voz es cálida, y suave, su rostro no muestra ninguna emoción pero puedo ver lo preocupado en sus ojos.

—Nada, no pasa nada.

—¿Es por lo de tu madre?.

Lo miro sorprendida, y abro la boca suavemente. Agradezco que mi mandíbula este pegada a mi boca porque en estos momentos estaría pegada al suelo.

—¿Como sabes lo de mi madre Damon?.

King of DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora