-Debemos ser más discretos - Menlo se mantenía recargado en la pared.
-No es como si no supiera lo que debemos hacer - Enoc estaba sentado arreglando la tiara de la armadura de Gabriel.
El santo de Tauro nunca se consideró a sí mismo como una persona de chismes y habladurías, eso lo dejaba para quienes no tuvieran algo mejor que hacer, aunque claro que en ocasiones era aburrido llevar una vida monótona sin nada que comentar más que el clima y la guerra, pero escuchar la conversación del hijo de su gran amigo y otro de sus compañeros...
-Nuestros padres nos colgarían si se enteran de esto - Menlo se acercó a ver de cerca lo que su compañero estaba haciendo.
-Posiblemente - mientras limaba los últimos detalles cierta porción de polvo salía, la cual el inquieto Menlo tomo entre sus dedos y soplo ocasionando que le cayera en los ojos a Enoc.
-¡Menlo! - soltó la tiara y se comenzó a tallar los ojos.
-Espera - tomo el rostro de su amigo entre sus manos y le ayudo a limpiarse, sus rostros estaban lo suficientemente juntos como para que... Aldebarán se sonrojo por lo que vio y desvió el rostro, ¿Acaso esos dos? Descarto la idea, eso no podía ser posible.
-Eres un bruto.
-¿No es como si te molestara lo que te hago o sí?
-Cuando atentas contra mi integridad física si, bastante.
-¿Yo hago eso?
-La última vez no pude caminar en una semana - ¡Madre de Dios! ¿Qué cosas le hacía? La mente del toro comenzó a divagar y solo logro ponerse más rojo, si es que eso era posible.
-Creo que me tome muy enserio lo de demostrar mi hombría - sonrió recordando cómo se lució frente a sus compañeras en ese entrenamiento cuerpo a cuerpo de artes marciales y como había terminado por lastimar a Enoc con una llave de lucha.
-Y mi cadera pago las consecuencias.
-Ya no seas llorón, mejor sigue puliendo cascos.
-Estoy reparándolo, no subestimes lo que hago.
-Señor Aldebarán, que gusto verlo.
-Ho-Hola jóvenes, veo que están muy ocupados - lo mejor sería salir del templo de Aries para darles algo de intimidad a los niños, no quería que se les ocurriera hacer algo que claramente no quería ver - solo estaba de paso, me preguntaba si podría cruzar el templo.
-Sabe que es bienvenido cuando quiera, adelante.
-G-Gracias - cruzó "como alma que lleva el diablo" intentando olvidar ese momento tan bochornoso. Incluso se le olvido para que cruzaba.
Cuando hablaban de vigilarlos, no se referían a eso ¿o sí?
-Qué extraño es el señor Aldebarán.
-Tal vez se sobresaltó porque te escucho hablando de nuestros planes, te dije que debías ser más discreto - Enoc se levantó de su silla y acomodo la tiara de Gabriel junto al resto de su armadura - perfecto, como nueva.
-Si como no ¿te molesta si duermo en tu cama un rato? Me da flojera ir hasta escorpio.
-Adelante, pero ¿no deberías estar en servicio?
-Ayude toda la mañana hasta que llegue a tu templo, ni siquiera he comido nada.
-Entonces vamos, te preparare algo de comer y después duermes, debes estar alerta por si algo ocurre.
-Que buena esposa serás algún día - le guiño el ojo.
-Cállate o me arrepentiré.
-Yo solo decía.
-Esto es más complicado de lo que parece entonces... - Fidan estaba recargada en la pequeña mesa del comedor en la casa de virgo.
-Sólo debemos mantenernos al margen por el momento, analizar la situación y actuar cundo sea más conveniente... - Ann dejó inconclusa su frase, su padre estaba parado en la puerta de la habitación, las observaba con bastante seriedad.
-¿Puedo saber de qué hablan? - se acercó a ambas jóvenes y se sentó a un lado esperando pacientemente por una respuesta.
-Nosotras... pues... - Fidan no sabía que decir para no levantar sospechas.
-Lo que pasa padre es que Fidan está teniendo uno de esos dilemas típicos en nuestra edad - Ann respondió como si de lo más normal se tratase.
-Algo así.
-¿De verdad? - Shaka se acomodó y observo detenidamente a la doncella de Leo - Fidan sabes que te considero como una hija y siempre te he tratado de esa manera, puedes decirme lo que sea.
-Lo se tío Shaka, pero esto es algo... ¿vergonzoso? - ni siquiera ella sabía que decir, lo que sea que estuviera pasando por la mente de Ann, la iba a matar, de eso estaba segura.
-Lo que pasa padre, es que Fidan está sintiendo emociones contradictorias por el guerrero del fénix y no sabe cómo admitirlo por miedo al rechazo, sin mencionar que es un hombre mayor y discípulo de su padre - concluyo Ann con su sonrisa más convincente, Shaka lo medito por un momento.
-Fidan ¿recuerdas las enseñanzas budistas que he compartido con ustedes dos? - si las miradas mataran, Ann estaría varios metros bajo tierra en estos momentos.
-¿Cuál de todas?
-Sobre el amor - ella negó levemente - estamos en este mundo para amar, debemos entregar el mismo amor que recibimos y aumentarlo, experimentar el amor es lo más puro y lo mejor que puedes hacer, no debes ocultar lo que sientes, estoy seguro que tu padre no mostrará inconveniente, yo también estoy complacido con que sea Ikki a quien decidiste entregarle tu corazón.
-Es lo que yo le dije, pero el miedo al rechazo siempre nos nubla el juicio padre.
-Entonces por eso lo de analizar...
-Si mal no recuerdo también estaba lo de predicar con el ejemplo ¿no?
-En efecto.
-Pues le comentaba a Ann que no pienso decirle nada a Ikki hasta que ella hable con Shun, creo que me daría valor.
-¿Gustas de Shun? - Shaka, el semidiós, el más sereno de los caballeros dorados, se mantenía prácticamente petrificado por dicha noticia, las niñas a quienes vio crecer se habían marchado para darle paso a unas bellas mujeres con nobles sentimientos, o al menos así lo veía él.
-Si bueno, un poco, pero no quería incomodar a ninguno, no quiero que se arruine el concepto que tienes de él simplemente por mí.
-De ninguna manera, Andrómeda es el digno sucesor de la voluntad de virgo y nada me haría más feliz que sea a quien decidas amar con la devoción que solo tú posees, tu madre estaría orgullosa de tu decisión.
-Entonces en cualquier día de estos le comento - Ann le restó importancia, después de ver entusiasmó y la decisión con la que hablaba aquel hombre a quien tanto respetaban decidieron no sacarlo de su error.
-Nada de eso, ellos estaban en el coliseo, vamos a aclarar esto.
Ambas jóvenes solo pudieron pensar en algo; mierda.
-Necesito hacer algo antes - Fidan se disculpó un momento, convenientemente Aurora junto a Elena subían las escaleras rumbo a sus respectivos templos - Aurora, necesito un favor.
-Lo que gustes.
-Necesito unas rosas - todos los presentes se mostraron extrañados ante tal petición, pero no podía negarle el favor a su amiga, Aurora invoco unas cuantas rosas con su cosmos, de color blanco, rosas, amarillas y rojas - gracias ¿son venenosas?
-No... pero tu alergia...
-Lo tengo resuelto - antes de que pudieran interrogar se colocó su máscara - listo, vamos.
-¿A dónde van?
-A declarármele al fénix...
Acuario y piscis se miraron extrañadas, algo se tramaba ese par y debían averiguar de qué se trataba.Cuando llegaron al coliseo se encontraron no solo con los susodichos y sus compañeros, sino también sus camaradas a quienes conocían desde siempre, ¿podía empeorar? Claro que si, Aioros platicaba amenamente con Seiya y el maestro Saga también estaba presente.
-Anna María - se detuvo a un lado de su compañera - tu primero, quiero que me des valor...
-No digas mi nombre completo, me haces sentir como si hubiera hecho algo malo.
Ann debía agradecer que Fidan portara la máscara para no ver la mirada asesina de su compañera.
-Pero bueno - se encogió de hombros - caballero de Andrómeda - su melodiosa voz sonó absoluta y completamente melosa a los oídos de Fidan, de verdad que adoraba a su mejor amiga a quien consideraba una hermana pero si seguía escuchando su melosa voz...
-Señorita Ann, maestro Shaka, buenas tardes, un gusto saludarla señorita Fidan - la última solo hizo un asentimiento en señal de saludo - ¿en que la puedo ayudar?
-Me preguntaba si cenaría hoy con nosotros.
-Estaría encantado, hoy no tengo planes con los muchachos.
-Perfecto, está noche cocino yo, tal vez podamos discutir de ciertos temas, hasta entonces.
-Nos veremos esta noche, permiso debo atender unos asuntos antes.
-Listo, tu turno.
-Eso no cuenta.
-Ni tu ni yo somos tan directas en ese aspecto, y técnicamente ya arregle una cita con él, tú has lo mismo.
-Te detesto.
Fidan bajo las escaleras rumbo al centro del coliseo maldiciendo y soltando todos los insultos que conocía, suspiro pesadamente y llamo a Ikki.
-Fénix - Ikki se acercó bastante extrañado, la hija de su maestro siempre era tosca y estaba seguro que en estos momentos no quería ni verlo después del último incidente. Antes de poder decir algo Fidan marcó distancia poniendo en ramo de rosas en su cara dejando en claro que no se acercara más - es... una disculpa, por lo de la vez pasada.
-No era necesario, soy yo quien te debe una disculpa - tomo el ramo de rosas y las alejo de su cara - las cosas no salieron como debieron.
-Lo sé, ¿te parece ir a Rodorio a platicar sin armaduras y estas cosas de por medio?
-Me encantaría.
-Bien, nos vemos después - de verdad que agradecía llevar la máscara en esos momentos, estaba segura que estaba más roja que la aguja carmesí del santo de escorpio, tendría que dar muchas explicaciones.
Cuando Aurora estaba por preguntar recibió un después lo suficientemente audible como para calmarse un poco.
-Estoy orgulloso de ustedes - Shaka sonrió complacido con los resultados.
Debo admitir que disfruté mucho la escena de Menlo y Enoc xdxd y como lo prometí, un intento de maratón estos cuatro capítulos, nos leemos en el siguiente y ojo a los nuevos personajes que aparecen.
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Los caballeros dorados: la generación sin armadura
FanfictionDiez años han transcurrido desde la última batalla en el inframundo, diez años en los cuales la paz a reinado y los caballeros de bronce protegen el mundo por el cuál los antiguos caballeros dorados pelearon. Pero ¿que hacer con la calma que viene d...