Aquí se Queda

Capitulo Único

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Félix había sido enviado a un campamento durante el verano. Sus padres habían dicho que en ese lugar le harían más hombre, pero lo único que había conseguido el de pelo rosa hasta ese momento fue un puñetazo en la cara, burlas y palabras hirientes.

Simplemente no deseaba seguir allí, quería regresar a casa, con su Fefi, ver yaoi con Abby, practicar danza con Lily, volver al lugar donde le aceptaban tal cual era y no le trataban de arrancar los dientes sólo por su forma de hablar.

Félix abrazó sus rodillas llevando su mente a un lugar seguro, a sus recuerdos seguros junto a sus amigos. Sentir el suave tacto de las manos de Fede en su rostro, las risas de Abby, incluso los regaños de Lily o sus palabras mezcladas. Comenzaba a sentirse tranquilo y ya no estaba llorando cuando unos pasos le interrumpieron.

Pudo reconocerlo de reojo, Ennard también estaba en ese campamento por razones algo diferentes, había escuchado por allí que sus padres querían "reformarlo" o algo así, que su conducta agresiva se había vuelto un lio y ya no le soportaban. Félix abrazó sus piernas con más fuerza, asustado de lo que aquel podía decirle, él era fuerte para defenderse, pero en esos momentos estaba tan débil emocionalmente que no tenía ganas de pelear.

Ennard por otro lado se mantenía en silencio, hasta que se sentó detrás de él en la banca, preocupándose de que sus espaldas no chocarán.

- ¿Vienes a burlarte? -preguntó Felix tratando de sonar molesto, el de cabello negro no dijo nada, pero le extendió una bolsa de hielo para que pusiera en sus moratones.

- Deberías controlarte -dijo finalmente y Félix volteó ligeramente preguntándose que demonios estaba pasando.

- ¿Te sientes bien? -preguntó algo desconcertado, el contrario soltó una risa suave y finalmente apoyo su espalda contra la de Félix.

- Perfectamente -respondió con una sonrisa, que Felix desde su lugar no pudo ver.

- Pensé que...

- Ya no somos niños, ahora solo ponte hielo en esa mejilla que con ese golpe pierdes la armonía de tu rostro -Félix quedó demasiado sorprendido pero hizo caso posicionando la bolsa con cuidado sobre la parte herida.

- Has cambiado... O bueno, tampoco es como si yo te conociera. Digo... solíamos pelear pero luego de la paliza que les dimos no nos dirigimos palabra alguna y heeem... -farfullaba Félix nervioso, Ennard le dirigió una mirada enojada callando cualquier otra palabra que saliera de la boca del de ojos dorados.

- Cállate -gruñó haciendo que Félix asintiera agachando la mirada algo sonrojado-. Sabias que algunos niños al no saber expresar sus sentimientos terminan lastimando a la persona que les gusta -El de cabello rosa mordió su labio incómodo, sus pies se movían de forma nerviosa e inquieta.

- Tú...

- Cállate -repitió molesto logrando otra vez que el contrario cerrará la boca-. De ahora en adelante debes hacer lo que YO diga si quieres sobrevivir en este lugar -Ennard finalmente volteó encarando a Félix quien seguía incómodo y nervioso, era una situación extraña con el Bully con cara de pocos amigos, el gay sosteniendo la bolsa de hielo en su mejilla y esos ojos que buscaban mirar cualquier cosa menos al pecoso frente a él-. Primero, no le vuelvas a coquetear a NADIE -Félix iba a comentar que ahora había aprendido eso y que era más que obvio que no lo volvería a hacer; pero se resignó a simplemente asentir con la cabeza-, segundo, nada de hablar de forma chillona, una sola palabra así y esta vez no seré yo el tuerto -Félix sonrió divertido y Ennard se sonrojó suavemente antes la belleza de esa sonrisa y de saber que era él quien la causaba.